Descripción:
En este lied conmueve la hondura de sentimiento que Schubert refleja, su belleza y serena melancolía. Schubert quizá sentía cercana su muerte, pero no hay amargura ni desesperación, sólo el deseo de encontrar el amor y la paz.
Quedo implorando mis canciones
a través de la noche hacia ti;
en la tranquila arboleda,
¡Amada, ven a mí!
Murmurantes, copas esbeltas susurran
A la luz de la luna,
El hostil acecho del traidor
No temas, tú, amada.
¿Oyes cantar a los ruiseñores?
¡Ay! Ellos te imploran,
Con el sonido de dulces quejas
Imploran por mí.
Comprenden el anhelo del pecho,
Conocen el dolor del amor,
Conmueven con los plateados sonidos
A todo tierno corazón.
Deja también conmoverse a tu pecho,
Amada, escúchame;
¡Trémulo aguardo el encuentro!
¡Ven, hazme feliz!
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