Se presumía que iba a ser una velada especial. Y lo fue. Sir Simon Rattle levantaba por última vez la batuta al frente de unas de las orquestas que mayores alegrías le ha proporcionado, la Filarmónica de Berlín, al tiempo, una de las formaciones más prestigiosas del continente. Y quiso hacerlo con un compositor al que conoce casi de tú a tú, Mahler, y con una obra no precisamente sencilla, la “Sexta Sinfonía”.
Nacido en Liverpool se convirtió en 2002 en el primer británico que subía al podio de esta joya de la corona musical de Alemania. No será para él una noche fácil de olvidar, pues después de la interpretación el auditorio en pie le despidió con interminables aplausos y ramos de flores que le entregaron algunos de sus incondicionales admiradores, que tenerlos, los tiene, y son legión.
No era una “prima donna”, sino uno de los directores de orquesta más reputados y queridos de la actualidad. Y dicen quienes pudieron asistir a esta coda que se le notaba especialmente emocionado. Vistió de negro, color al que se mantiene fiel cada vez que empuña la batuta. Y leyó un pequeño discurso que se hizo enorme al resonar en el auditorio. Habló de “mi maravillosa orquesta” y de “mi querido público de Berlín”. Y les dio las gracias para siempre.
Simon Rattle aterrizó hace años en Alemania con el pelo ensortijado pero sin peinar las canas que hoy cubren su cabello. Incluso Merkel, fan del director de orquesta, ha asistido a alguno de los conciertos de esta despedida que ya es pasado. Rattle ha dicho adiós a Berlín para hacerse cargo de la London Symphony Orchestra. Una nueva vida y el mismo entusiasmo. Al podio vacante subirá el ruso Kirill Petrenko, hasta ahora al frente de la Ópera Estatal de Baviera en Munich. Su primer concierto será en septiembre con un programa que incluirá obras de Beethoven y Richard Strauss.
Fuente: larazon.es
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