Alberto Cruzprieto, piano
Mompou nació en Barcelona (España). Ingresó al Conservatorio del Liceo de Barcelona para estudiar piano. En 1909, escuchó a Gabriel Fauré interpretar su Quinteto número 1 op. 89 y quedó tan impresionado que decidió volverse compositor. Con una recomendación de Enrique Granados fue a París en 1911 para estudiar piano con Isidore Philipp, Ferdinand Motte-Lacroix y armonía con Marcel Samuel Rousseau. Ese mismo año, compuso su primera pieza para piano. En 1914, regresó a Barcelona, donde publicó sus primeras obras para piano (Impresiones íntimas, Scènes d’enfants…) y su primera canción, L’hora grisa. Viaja de nuevo a París en 1921, conociendo a los principales compositores franceses de la época y gozando de una gran celebridad. Compone varias obras para piano (Dialogues) y canciones (Cançoneta incerta). De regreso en España (1941), Mompou siguió componiendo música para piano (Paisajes, 1942 – 1960) y canciones. Conoce a la pianista Carmen Bravo, casándose con ella (1957). En esta época inicia la composición de una de sus obras cumbre: Música callada (1959 – 1974), consistente en cuatro libros con 28 piezas cortas para piano inspiradas en las poesías del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz. Mompou también incursionó en la música sacra con el oratorio Los improperios (1964). En 1978 una hemorragia cerebral le obligó a abandonar la composición. Falleció en 1987 a la edad de 94 años.
Conformado por alrededor de 200 obras (la mayoría para piano), el mundo musical de Federico Mompou (1893-1987) es una abundancia de colores, sonidos e imágenes. Desde sus obras iniciales, Mompou definió claramente su estilo: máxima expresión con mínimos medios, fuerte influencia del impresionismo francés (especialmente de Gabriel Fauré), ocasionales adaptaciones de ideas folclóricas, atmósferas profundas, nostálgicas y enriquecidas con efectos de resonancia. A veces, Mompou suprime compases y armaduras para alcanzar la máxima sencillez y pureza en sus melodías. La suave armonía de sus obras sustituye frecuentemente las cadencias y resoluciones por la íntima dualidad entre las notas y los silencios.
Un ejemplo, la evocación de “campanas”. Por un corto período, Mompou frecuentó una fábrica de campanas en Barcelona. Esta experiencia le causó un profundo efecto y las campanas se encuentran a menudo en su música.
Fuente: Festival Internacional Divertimento
Comentarios