Eugene Onegin de Piotr Ilich Tchaikovski

Ópera Estatal de Viena Tatjana – Olga BezsmertnaOlga – Elena MaximovaEugen Onegin – Alexey MarkovLenski – Dmitry KorchakFürst Gremin – Ferruccio FurlanettoLarina – Monika BohinecFilipjewna […]

Por Jose Antonio Palafox Última Modificación noviembre 21, 2019
Eugene Onegin de Tchaikovski, interpreta la Ópera Estatal de Viena

Ópera Estatal de Viena

Tatjana – Olga Bezsmertna
Olga – Elena Maximova
Eugen Onegin – Alexey Markov
Lenski – Dmitry Korchak
Fürst Gremin – Ferruccio Furlanetto
Larina – Monika Bohinec
Filipjewna – Bongiwe Nakani
Ein Hauptmann – Hans Peter Kammerer
Saretzki – Hans Peter Kammerer
Triquet – Thomas Ebenstein

Orquesta y coro de la Ópera Estatal de Viena

Concertador – Louis Langrée
Escena – Falk Richter 
Vesturario – Martin Kraemer 
Coreografía – Joanna Dudley
Iluminación – Carsten Sander

El amor provinciano

Nos encontramos en la Rusia de la primera mitad del siglo XIX. Onegin es un sofisticado e insustancial joven citadino que acaba de heredar una finca y, para tomar posesión de ella, se traslada a la campiña en compañía del poeta Vladimir Lensky, su mejor amigo, quien está comprometido con Olga Lárina, hija menor de una respetable familia de provincias. La presencia de Onegin en casa de la familia Lárina tiene un efecto devastador en el corazón de la soñadora Tatiana, hermana de Olga, quien se enamora perdidamente del recién llegado. Esa misma noche, Tatiana escribe una carta donde declara su pasión a Onegin y se la hace llegar por medio de su aya. Sin embargo, Onegin juzga que la joven provinciana carece de refinamiento y ni siquiera se digna darle una respuesta. Cuando poco después se encuentra con ella a solas en el jardín de la finca de los Larin, simplemente la rechaza con desdén, aduciendo que no es un hombre hecho para el matrimonio.

Pocos días después, Lensky —ignorante del drama acontecido— invita a a Onegin a la fiesta de cumpleaños de Tatiana. Más porque añora los elegantes bailes de la ciudad que por deseo de ver a la pobre muchacha, Onegin se hace presente en la velada, pero una vez ahí se pone de mal humor al darse cuenta de que la sociedad campirana chismorrea sobre un presunto romance entre él y la festejada. Irritado con Lensky por haberlo comprometido a asistir a la fiesta y dispuesto a demostrar a las malas lenguas que están equivocadas, Onegin decide vengarse cortejando abiertamente a Olga. Para mala suerte, Olga no opone mucha resistencia a los coqueteos del amigo de su prometido, lo cual hace que Lensky se moleste de verdad y, en un arranque de celos, rete a duelo a Onegin. Es entonces que el joven comprende que ha llegado demasiado lejos y que sus actos tendrán terribles consecuencias, ya que —aún entre provincianos— el honor es el honor, y este exige que del duelo solo uno salga vivo…

La ópera

Entre 1823 y 1831, Aleksandr Pushkin (1799-1837) publicó en entregas Eugene Onegin, novela en verso cuya descripción del choque cultural y de costumbres entre el campo y la ciudad enmarcada en una trágica atmósfera de amores no correspondidos hizo que rápidamente se colocara en el gusto del público. En 1877, el entonces todavía poco reconocido compositor Piotr Ilich Tchaikovski (1840-1893) inició —con la colaboración de su hermano Modest y del escritor Konstantin Shilovsky— la adaptación del texto de Pushkin para crear el libreto de la que llegaría a ser, junto con la posterior La dama de picas (1890), su ópera más famosa. Eugene Onegin no solo es una de las obras cumbre del repertorio operístico romántico, sino que es uno de los trabajos más íntimos e innovadores de Tchaikovski, quien no solo hizo un atrevido retrato omnipresentemente musical de Tatiana, personaje por el que el compositor sentía un cariño muy especial y al que consideraba el verdadero protagonista de la ópera, sino que estructuró su obra como una serie de, en sus propias palabras, “escenas líricas”. El resultado es una ópera que no desarrolla una historia lineal mediante la típica sucesión de escenas, sino que presenta una serie de episodios aislados, aunque ordenados cronológicamente, dentro de la vida de Eugene Onegin. Incluso el terrible duelo entre dos hombres que anteriormente habían sido amigos, que en cualquier otra ópera hubiera sido un momento culminante, en la obra de Tchaikovski se convierte en un episodio más, que ocurre de manera casi accidental. Dada la fama que para entonces ya tenía el texto de Pushkin, Tchaikovski no dudó en utilizar este recurso a sabiendas de que el público podría recuperar en su mente sin ninguna dificultad los fragmentos omitidos. Por si fuera poco, el músico también se atrevió a alterar las convenciones operísticas al rechazar la típica combinación protagónica soprano-tenor y contralto-barítono para ofrecer una hasta entonces insólita combinación soprano (Tatiana)-barítono (Onegin) y contralto (Olga)-tenor (Lensky), como si su intención fuera remarcar la nobleza de espíritu de Tatiana y Lensky mediante el uso de los tonos de voz más altos.

Estreno

Con todo, a Tchaikovski le preocupaba la aceptación que su ópera tendría entre el gran público, así que Eugene Onegin tuvo, en marzo de 1879, un discreto estreno en el Teatro Maly de Moscú, con estudiantes del Conservatorio de Moscú en los papeles protagónicos y bajo la batuta de Nikolái Rubinstein. Fue hasta dos años después, en 1881, que tuvo su estreno mundial en el Teatro Bolshoi, bajo la batuta de Enrico Bevignani, y a partir de entonces no ha dejado de ser la ópera rusa más interpretada en todo el mundo.

José Antonio Palafox para Música en México

Jose Antonio Palafox
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