por Francesco Milella
- El mito y la historia: los inicios de la música griega
La historia de la música griega comienza en un lugar desconocido que nadie ha logrado identificar con exactitud geográfica y temporal, un espacio casi irreal e incluso mágico donde mito, literatura e historia se cruzan confundiéndose entre ellas. Es un espacio donde los relatos de los poemas homéricos y de las primeras poesías líricas – fuente indispensable para conocer el origen del mundo griego – se suman la los cuentos mitológicos de Héracles, Marsia y las siete musas, dejándo poco espacio a lo que la arqueología ha encontrado y reconstruido concretamente. Aunque, aparentemente, sea la menos relevante y menos estimulante de las tres, es precisamente la arqueología la que nos puede indicar un primer camino por donde iniciar.
Todo comienza entre los restos de las civilizaciones cretenses y minoicas, entre las viejas murallas y edificios de las grandes ciudades griegas. Lo que la historia nos ha entregado – fragmentos de papiros, objetos e instrumentos musicales y, sobre todo, imágenes – nos cuenta una realidad muy diferente a la de l otras civilizaciones antiguas. Si para los fenicios, los hebreos e incluso para los pueblos mesopotámicos la música tenía un valor profundamente religioso, para los griegos la música era un elemento laico y educativo. Leer la música, aprender a tocar un instrumento y a cantar representaban elementos esenciales para formar a un griego noble, refinado, moralmente sólido y socialmente activo. La música era un componente fundamental en la vida social de los griegos entre los siglos IX y VII a.C., acompañaba los banquetes y los momentos de socialidad familiar y pública, aparecía en los actos ciudadanos y en la guerra para estimular fuerza y orgullo, alimentando así el afán por la belleza, la elegancia y el equilibrio que hará de los griegos el modelo para todo el occidente. Pero, concretamente, ¿cómo vivían los griegos la música? ¿Cómo reaccionaban ante ella? Donde la historia no logra dar respuestas, nos ayuda la literatura.
Los poemas homéricos son una fuente inagotable de cuentos y relatos sobre la relación entre los griegos y la música. Esta relación era prevalentemente hedonística, destinada al puro placer: Aquiles, por ejemplo, después de haber abandonado el campo de batalla tras una discusión con Agamenón, se abandona al placer de la música; Femio y Demódoco, cantores en el palacio de Ulises en Ítaca, cantaban para el puro delite y placer de los pretendientes de Penélope. Hasta llegar al caso extremo del episiodio de Ulises con las sirenas, emblema de una música tan seductora que llega a transformarse en un verdadero peligro para la razón. En la vida cotidiana, la música acompañaba el canto y la danza: sin ella los banquetes no funcionaban, sin ella la mundanidad griega se anulaba por completo. No podía existir ni un momento convivial si el cantor, acompañado por su lira (phorminx o khitaris) y en ocasiones por los habituales instrumentos de aliento, cantaba historias y leyendas.
Pero, una pregunta sigue pendiente: ¿de dónde llega todo esto? ¿Cuándo nacen los instrumentos musicales? ¿Cómo se forma la idea hedonística de la música, su valor social y convivial a la cual Homero se inspira para contarnos las aventuras de sus protagonistas? Frente a estas preguntas la única respuesta posible la podemos encontrar en la mitología griega, un mundo fuera del tiempo y del espacio, lleno de personajes e historias imaginados por los mismos griegos para dar una explicación a algo que iba más allá de sus posibilidades. Nacieron así los mitos de Orfeo y de su lira, padre moral de toda la música occidental, de Apolo y sus musas, legendarias protectoras de las artes, del dios Dionisio, testigo de una música total, capaz de envolvernos en su energía irracional y metafísica y de todas estas maravillosas historias que, hoy en día, nos siguen fascinando por su capacidad de dar sentido a los múltiples rostros de la música. El mito es el espacio en donde nace la historia de la música griega; es el entorno en donde el mundo griego, a través de la literatura y del arte, comienza a dar forma a su idea de música, imagina su historia y le da un sentido racional.
Cuando nace el mito nace la historia de la música griega, entre los siglos IX y VII a. C. son los años de Homero y de sus héroes, son los años de Safo, Alceo y los grandes poetas líricos. En fin, son los años, todavía obscuros e indecifrables para muchos historiadores, en que el mito comienza a transformarse en historia, y la música griega, hasta ese entonces frágil y caótica, comienza a tomar forma siguiendo el rápido desarrollo de la cultura griega y de sus polis. Dos siglos después, iniciará la majestuosa aventura de la tragedia griega.
Francesco Milella, especial para Música en México.
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