Arvo Pärt: música para nuestras heridas
Tráfico, reuniones, ruido, gente… y más tráfico: volvemos a la casa, nos quitamos los zapatos, nos acostamos en el sillón y ponemos el álbum más reciente de Arvo Pärt.
Tráfico, reuniones, ruido, gente… y más tráfico: volvemos a la casa, nos quitamos los zapatos, nos acostamos en el sillón y ponemos el álbum más reciente de Arvo Pärt.
La historia de un conde renacentista italiano, Pier Francesco Orsini, enfrenta la censura de la dictadura militar argentina.
Dos años después de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, Prokofiev decide recordar los dolores de esos años y conmemorar sus víctimas con una obra ‘patológica’.
Julio de 1940, en un campo de concentración, Olivier Messiaen compone el Cuarteto ‘Para el fin de los tiempos’, una representación del fin del mundo y del tiempo.
En 1935 Alban Berg compone el Concierto para Violín, un intenso adiós a la vida pocos meses antes de su muerte.
Los versos de Bertolt Brecht se unen a la música de Hanns Eisler en ‘La balada de Marie Sanders’ para contar la historia de una joven alemana bajo el poder de Hitler castigada por tener un novio judío.
Pocos compositores creyeron tan ciega y obstinadamente como Béla Bartók en su Mandarín Maravilloso
En 1909 Schönberg compone Erwartung (La Espera), una breve ópera-monólogo capaz de
representar en el escenario lo que Freud había revelado pocos años antes con su psicoanálisis.
Con sus Siete Canciones Populares el compositor español Manuel de Falla transforma la tradición popular española en una fuente de inspiración imprescindible para la música.
Ante las fracturas musicales del nuevo siglo, Maurice Ravel imagina un camino alternativo con su obra Daphnis et Chloé: la revolución pasa a través del sueño y la imaginación.
Con Salome Richard Strauss sacude la moral de su tiempo y rompe las fronteras de la música definiendo nuevos caminos en la creación artística: pulsiones y obsesiones remplazan los ideales y las tradiciones del siglo XIX.
En tiempos de guerra, dolor y enfermedad, Claude Debussy (1862-1918) se aísla del mundo con una sonata metafísica.