A lo largo de 52 años de vida, 37 haciendo música como estudiante, ejecutante y en la batuta, la práctica me ha permitido entender que el quehacer musical más allá de ser un arte, es una oportunidad de vida, una herramienta para hacer comunidad, para fortalecer la identidad y crear conciencia colectiva. Esto ha trazado mi camino, ha sido mi consigna y la fuerza viva que ha guiado mi espíritu.
Fue así como hace más de 20 años decidí emprender proyectos sociales como parte de mi formación musical; proyectos que se gestan, se articulan y se promueven, en y desde la comunidad.
Hace tres años mi vida dio un gran giro en esta dirección cuando fui invitado a dirigir y ser parte del Centro de Artes Musicales y la Fundación de Artes Musicales (CAM) de Baja California. Hace 23 años fundé la Orquesta de Baja California (OBC) e iniciamos un proyecto de educación musical. A mi regreso pude, con un excepcional equipo de trabajo, diseñar y fundar REDES 2025 (Sistema de Agrupaciones Musicales Comunitarias del Estado).
Teníamos una fuente de inspiración: el milagro que el Dr. José Antonio Abreu había construido en Venezuela, paso a paso, ladrillo a ladrillo, durante más de 35 años, produciendo fenómenos musicales como Gustavo Dudamel. Sin embargo, no eran las naturalezas excepcionales del joven maestro las que más podían inspirarme, sino las de miles de niñ@s y jóvenes que a través de la práctica de la música tenían la oportunidad de un verdadero encuentro con la música.
En el CAM empezamos con 35 niñ@s y un grupo de maestros de la OBC. Hoy REDES 2025 tiene 4 orquestas sinfónicas, 2 coros en movimiento, un coro infantil de selección y muchas peticiones de ingreso.
He tenido la suerte de poder convivir con muchas culturas. Soy mitad cubano y mitad mexicano; parte de mi familia proviene de Centroamérica; tuve el privilegio de estar en Rusia durante nueve años; trabajé en Perú y por primera vez puedo poner mis experiencias y todo lo aprendido al servicio de un proyecto que coloca a la música, el arte que profeso, como un instrumento de vinculación humana y espiritual.
En febrero, Rafael Tovar me invitó a unirme a su equipo de trabajo y, por supuesto, acepté ser parte de un proyecto que, en sus palabras, debe de colocar al arte y a la cultura como agentes de transformación social.
El Sistema Nacional de Fomento Musical trabaja en las comunidades con la intención de formar una base social de agrupaciones musicales, ya sean ensambles de percusiones o de violines huastecos, un coro sinfónico o una gran orquesta sinfónica.
Con este espíritu descentralizador y comunitario de renovación del tejido social, desde Fomento Musical impulsamos la creación de sistemas regionales y estatales, basados en la autogestión, la conectividad entre los grupos que los conforman, en la relación cotidiana y estrecha entre los directores de las agrupaciones, los maestros, y las instituciones públicas y privadas que quieran participar en este proceso.
Es en este espíritu que queremos fortalecer el Sistema Renacimiento de Guerrero, al de REDES 2025 de Baja California y a los recién creados a iniciativa de Conaculta: Sistema SE’WÁ de Chihuahua, Sistema SEAMOS del estado de Morelos, en la orquesta comunitaria de Reynosa; en Ciudad Nezahualcóyotl, en Iztapalapa y en la colonia Guerrero; una en Uruapán y otra Nurío, entre los purépechas.
Durante el 2013, y a partir de la formación de sistemas locales de agrupaciones musicales, 4 mil niñ@s y jóvenes participarán en estas actividades, involucrando a 8 mil personas más, contando al círculo familiar de estos niños.
En el transcurso del próximo año, prospectamos la formación de por lo menos tres Sistemas de agrupaciones musicales comunitarias adicionales, con los cuales lograremos impactar, por lo menos a 6,600 niñ@s.
Eduardo García Barrios es Director del Sistema Nacional de Fomento Musical, de Conaculta.
Fuente: Reforma, 08/07/2013.
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