Todas estas formas están basadas en textos específicos de la iglesia católica:
El magníficat es el texto del himno a la Virgen María tal y como aparece en el evangelio según San Lucas (es el nombre latino y proviene de la primera palabra de la versión de la Vulgata). Se usa en los servicios católico romano y anglicano. En la iglesia católica se canta diariamente como cierre del servicio de vísperas. Numerosos compositores le han puesto música. Además de su uso litúrgico, frecuentemente figuran versiones con música en conciertos navideños.
La misa es el servicio de comunión católico. Los textos litúrgicos se dividen entre los que se dicen o cantan diariamente , y aquellos que son para celebrar un día específico: Navidad, Pascua, etc. En lenguaje musical, “misa” casi siempre se refiere a la composición de un solo autor (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus-Benedictus, y Agnus Dei).
Un réquiem es una misa para difuntos. Retiene todos los elementos de la misa ordinaria, excepto la Gloria y el Credo que, por su tono de júbilo, se consideran impropios en un ambiente fúnebre. Se le agregan secciones como el Introito (réquiem aeternam) y la secuencia (Dies Irae). Algunos compositores como Fauré omiten el Dies Irae (día de ira) de su composición para mantener un ambiente de consuelo y tranquilidad.
Es importante recalcar que estos términos no dictan una forma o género musical absoluto. Por ejemplo, la Misa de Stravinski, de Bernstein o la Misa Glagolítica de Leos Janacek son muy diferentes de la Misa en do mayor de Beethoven a pesar de que utilizan varios de los mismos textos. También hay misas escritas en el estilo de música folclórica y popular – afroamericana, mexicana, brasileña, rock and roll, etc.
Fuentes diversas.
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