Chichester Psalms (1965)
Filarmónica de Poznan, dirige Leonard Bernstein
En 1965, Leonard Bernstein se tomó un año sabático de su puesto como director de la Filarmónica de Nueva York. Liberado de las obligaciones de dirigir y estudiar partituras, ahora podía centrar su atención en la composición. Su objetivo durante este paréntesis fue componer un musical para Broadway basado en The Skin of Our Teeth de Thornton Wilder.
Este resultó ser un momento desafiante para el compositor. En Working with Bernstein, Jack Gottlieb cita una carta escrita el 29 de noviembre de 1964: “La piel está estancada. La vida es un diente con la piel despojada. No sé lo que estoy escribiendo. Ni siquiera sé lo que no estoy escribiendo … No puedo olvidarme de Kennedy o Marc. La vida es un diente sin piel.” El asesinato del presidente Kennedy había ocurrido un año antes, y el amigo cercano de Bernstein, el compositor Marc Blitzstein, había sido asesinado en enero de ese año. Al final, el proyecto del musical fracasó.
A principios de diciembre de 1963, Bernstein recibió una carta del reverendo Walter Hussey, decano de la Catedral de Chichester en Sussex, Inglaterra, solicitando una pieza para el festival de música de la Catedral en 1965: “El organista y maestro de coro de Chichester, John Birch, y yo, estamos interesados una nueva pieza que el coro pueda cantar en el Festival que se celebrará en Chichester en agosto de 1965, y queremos preguntarle si estaría dispuesto a escribir algo para nosotros. Me doy cuenta de lo enormemente ocupado que está, pero si lograra hacer esto, estaríamos tremendamente honrados y agradecidos. Tenemos en mente, por ejemplo, el Salmo 2, o una parte de él, ya sea sin acompañamiento o acompañado por orquesta u órgano, o ambos. Solo menciono esto para darle una idea de lo que hemos pensado.” El festival unió los coros de la catedral de Chichester, Winchester y Salisbury. El Dr. Hussey fue un notable impulsor de las artes, encargó obra a artistas visuales, poetas y compositores. Entre ellos se encuentran: un retablo pintado por Graham Sutherland, trabajos de vidriera de Marc Chagall, una escultura que representa a la Virgen con el niño de Henry Moore, una letanía y el himno de W.H. Auden, y quizá lo más notable, la cantata Rejoice in the Lamb de Benjamin Britten. Bernstein aceptó y propuso un “conjunto de Salmos, o versículos seleccionados de Salmos”, bajo el título provisional, Salmos de la Juventud (Bernstein cambió el título porque sugería engañosamente que la pieza era fácil de ejecutar). Hussey esperaba que Bernstein se sintiera libre de componer música popular a pesar de la naturaleza sagrada de la tarea. Hussey escribió: “Muchos de nosotros estaríamos encantados si hubiera un indicio de West Side Story en la obra.”
Bernstein compuso Los Salmos de Chichester en medio de una apretada agenda, así completó su primera composición desde la Sinfonía no. 3 “Kadish” en 1963, escrita en memoria del presidente Kennedy. Ambas piezas combinan coros que cantan texto hebreo, con acompañamiento orquestal, pero si Kadish es una declaración de profunda angustia y desesperación, Los Salmos es esperanzadora y afirmadora de la vida.
A diferencia de una buena parte de la música que compuso (pero no completó) durante su año sabático, Chichester Psalms está firmemente arraigada en la tonalidad. Bernstein comentó durante una conferencia de prensa de 1977: “Pasé casi todo el año escribiendo música dodecafónica y cosas aún más experimentales. Estaba contento de que salieran todos estos nuevos sonidos: pero después de unos seis meses de trabajo lo tiré todo. Simplemente no era mi música; no fue honesto. El resultado final fueron Los Salmos, la más accesible pieza tonal mayoritariamente en si bemol he escrito jamás.”
Chichester Psalms es melódica, tonal y contemporánea, con melodías modales y compases inusuales. Mediante el uso de la repetición motívica, aparece el sentido de un rito sagrado. Desde el momento de su estreno mundial en el Philharmonic Hall, el 15 de julio de 1965, dirigido por el propio compositor, era evidente que Bernstein había creado una mezcla única entre versos bíblicos en hebreo y la tradición coral cristiana; una representación musical de la esperanza del compositor por la fraternidad y la paz.
Fuente: leonardbernstein.com
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