El origen etimológico de filarmonía es amor por la música, pero el sentido griego ha derivado hacia otros significados musicales. En la edición de 1904, el Grove Dictionary of Music and Musicians dedica un artículo a la Philarmonic Society:
Se trata de una institución creada en Londres en 1813 para fomentar la música orquestal e instrumental.
En francés, la philarmonie designa una asociación local formada por instrumentistas amateurs.
Con el tiempo, la filarmonía se ha convertido en una orquesta compuesta por músicos profesionales. En las grandes ciudades europeas como Londres, Praga, Berlín y Viena, y americanas como Boston, Chicago, Los Ángeles, la palabra está asociada a formaciones prestigiosas.
La filarmonía es también la sala de conciertos donde actúa habitualmente, pero no únicamente, una orquesta filarmónica.
Royal Philharmonic Society
Es una de las referencias de la palabra filarmonía, nacida en 1813, su primer concierto fue dirigido por Johann Peter Salomon, y el pianista Muzio Clementi y Nicolas Mori en el violín, interpretaron sinfonías de Haydn y Beethoven.
Han desfilado por la sociedad músicos y directores de la talla de Ignaz Moscheles, Domenico Dragonetti, Ludwig Spohr, Hector Berlioz, Richard Wagner, William Sterndale Bennet, Christina Nilsson, Arthur Sullivan y Piotr Ilich Chaikovski.
Orquesta Filarmonía de Londres
Otro de los vínculos institucionales de la palabra filarmonía apunta hacia esta agrupación dirigida por sir Tomas Beecham, la cual se ha mantenido desde 1945, año en que la fundó Walter Legge.
También conocida llanamente como Philarmonia, la integran músicos profesionales que durante su carrera han sido dirigidos por grandes figuras entre ellos Furtwaengler, Muti, Karajan, Cantelli, Klemper y Giulini.
Reconocida por la calidad de sus interpretaciones, se convirtió en la orquesta para las grabaciones del sello discográfico EMI, con el cual grabó todas las sinfonías de Beethoven; durante la etapa como director de Herbert von Karajan se encumbró como una de las mejores agrupaciones a nivel global.
Fuente: Thierry Geffrotin, La música clásica en 100 palabras, Barcelona, Paidós, 2013
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