Yuri Gagarin, el primer ser humano en el espacio, tuvo tiempo de reflexionar sobre esta pregunta. El 12 de abril de 1961, mientras esperaba en la plataforma de lanzamiento en Kazajstán para despegar hacia su órbita alrededor de la Tierra en la nave espacial Vostok, el joven de veintisiete años se enteró de que un problema menor había causado un retraso de seis minutos. A su camarada, el cosmonauta Pavel Popovich, le preocupaba que Gagarin pudiera inquietarse durante la espera; durante su examen médico previo al vuelo, Yuri había estado pálido y callado, y algunas veces había comenzado a tararear canciones. Para evitar que se “aburriera”, Popovich fue a buscar música en la radio. Unos minutos más tarde, Sergei Korolev, el padre del programa espacial de la Unión Soviética, preguntó si Gagarin podía escucharla.
“Nada todavía”, respondió Gagarin.
“Por supuesto, así son los músicos”, dijo Korolev. “Ahora están aquí, ahora están allá, pero no hacen nada rápido, como dice el dicho, Yuri Alekseyevich”.
Luego vino la música.
“Oh, ahora la escucho”, dijo Gagarin. “Me pusieron canciones de amor”.
“¿Una canción de amor? Buena elección, diría yo, Yuri”.
Popovich volvió a la línea. “Yuri, te pusieron la música, ¿verdad?”
“Si, todo está bien”.
“Bueno, bueno, ahora no estarás tan aburrido”.
Pasó media hora. Gagarin se mantuvo alegre. Mantuvo su ritmo cardíaco a sesenta y cuatro latidos por minuto. Presumiblemente, la música se cortó cuando el control de la misión le dijo que subiera el volumen al máximo. A las 09:07 horas se encendió el motor.
“¡POYEKHALI!” gritó Gagarin. ¡Nos vamos!
El vuelo duró 108 minutos. Hacia el final la cápsula no se separó del módulo de instrumentos y Gagarin giró sobre tres ejes. La cápsula se separó, se enderezó y las llamas comenzaron a lamer sus costados. Fue entonces, quizás, cuando Gagarin comenzó a cantar o silbar, o eso le dijo más tarde a Nikita Khruschev, una melodía de Dmitri Shostakovich.
“¡La Patria oye, la Patria sabe
Dónde vuela su hijo en el cielo!”
Victoria Evtodieva, voz
Siete kilómetros sobre el suelo, Gagarin fue expulsado de la nave espacial, presumiblemente ya no cantaba. Aterrizó en Siberia, le aseguró a un granjero y a su hija que él también era soviético y fue a buscar un teléfono para llamar a Moscú.
Fuente: Kevin Cannon y Christopher Heaney para theapendix.net
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