La palabra “gnossienne” describe una colección de piezas para piano compuestas por Erik Satie que no encajan en ninguna de las formas musicales tradicionales como un preludio para piano o una sonata. Satie simplemente tituló a las piezas con una palabra completamente nueva e inventada. Aunque la etimología y la pronunciación de la palabra “gnossienne” siguen siendo un misterio para muchos, lo que está claro es que sus siete Gnossiennes son maravillosamente únicas e intrigantes.
Gnossienne no. 1
Gnossienne no. 2
Gnossienne no. 3
Satie compuso las primeras tres gnossiennes alrededor del año 1890, sin tiempo para líneas de compases (práctica a veces denominada “tiempo absoluto”) ni marcas de tempo tradicionales. Los resultados peculiares de Satie pueden ser leídos como una poesía musical, ya que uno puede interpretar la pieza con muy pocas restricciones, puesto que sus indicaciones son frases como “no dejes”, “suavemente, con intimidad” y “no estés orgulloso”. Las primeras gnossiennes (no. 1 y 3) se publicaron en septiembre de 1893 en Le Fígaro musical Número 24, mientras que la no. 2 fue publicada en Le Coeur el mes siguiente. Las gnossiennes restantes fueron compuestas en la década de 1890. Sin embargo, no fueron publicadas hasta 1968.
Gnossienne no. 4
Gnossienne no. 5
Gnossienne no. 6
Gnossienne no. 7
Las Gnossiennes de Satie a veces son vistas como una continuación musical de sus populares Gymnopedies, aunque algunos musicólogos creen que se parecen mucho más a sus Sarabandes. De cualquier manera, es evidente que música como esta nunca fue compuesta antes. La sensación inherente de atemporalidad e infinidad de cada pieza se expresa en su naturaleza cíclica, ya que si se escuchan varias veces repetidas se puede perder la noción de comienzo y final. Al igual que las Gymnopedies, Satie compone aquí melodías solitarias con cadencias y fraseos apoyados por armonías y estructuras de acordes poco complejas y casi elementales, aunque utiliza mayormente tríadas y algunas inversiones.
Fuente: pianored.com
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