John Eliot Gardiner conducts English Baroque Soloists
Una de las grandes cantatas de la producción bachiana, pese a que es también una de las más tempranas que se conservan: “Christ lag in Todesbanden” BWV 4 data de alrededor de 1707, cuando contaba con 22 años, y posiblemente sea la segunda o la tercera que escribió en su vida. Bach la compuso como parte de las pruebas para hacerse con la plaza de organista de Mülhausen, y está pensada para el Domingo de Pascua. Es, pues, una de las primeras grandes cartas de presentación de Bach, y sin duda recoge lo aprendido un año atrás, en su célebre viaje a Lübeck para estudiar con Buxtehude. Albert Schweitzer afirma de ella que “cada palabra parece cincelada en la música”. Al propio Bach debió satisfacerle el resultado, ya que volvió a usar esta cantata tanto para el Domingo de Pascua de 1724 como para el de 1725. Esta es la versión que nos ha llegado, sin que sepamos cuánto de la cantata original perduró y cuánto fue reescrita o retocada.
Se trata de un coral con letra y música de Martín Lutero, compuesto en 1524. La admiración de Bach por la obra del fundador del protestantismo se pone de manifiesto ya en esta cantata: respeta de principio a fin el texto como la melodía del original. En esa cantata, en cualquier caso, sigue la estela, quizás por influencia directa de Buxtehude, de los músicos del siglo XVII, que solían usar la melodía del coral como base para todos los números que integran la cantata. Ahora bien, eso no quiere decir que el kantor no ponga nada de su cosecha, al contrario: aún manteniendo con una fidelidad impecable la melodía del coral en todas y cada una de las estrofas, la variedad de recursos musicales que utiliza para dar variedad dentro de este encorsetamiento y al mismo tiempo traducir en sonidos las palabras es deslumbrante.
Fuente: Pep Gregori, texto sobre Christ lag in Todes Banden, BWV 4 en la soledadsonora.com
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