Federico Ibarra (1946) es uno de los compositores mexicanos más destacados y, sin duda, el que más se ha dedicado a la ópera, sin menoscabo de su amplio repertorio que incluye sinfonías, conciertos (piano, cello), ballets, cantatas, una serie excepcional de sonatas para piano y prácticamente todos los géneros musicales. Ha compuesto ocho óperas y un oratorio escénico: Leoncio y Lena, Orestes parte, Madre Juana, El pequeño príncipe, Alicia, Despertar al sueño, y Antonieta, todas representadas en escena, y solo falta una por estrenar – La guerra de los insectos – que solo se hizo para piano y que, señala Ibarra, es como verla en blanco y negro. “Considero a la voz humana como el instrumento más perfecto que haya existido”, agrega el compositor, quien creó un fideicomiso para la grabación de su obra. Buena parte de su repertorio se inspira en textos literarios y creaciones pictóricas.
Estudió composición en la Escuela Nacional de Música, en Francia y España. Ha sido profesor de varias generaciones de compositores jóvenes. Recibirá la Medalla Bellas Artes en fecha aún por definir.
Fuente: Erika P. Bucio, en Reforma
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