György Ligeti pertenece de lleno al eje de la vanguardia de las décadas de 1950 y 1960: Colonia/Darmstadt. Tras unos escarceos y toma de contacto con los materiales novedosos de ese momento histórico (electrónica, serialización de todos los parámetros de sonido) inicia la creación de un estilo que, a la larga, se tornará en inconfundible. Su extensa obra ha sido grabada y es reconocida su influencia sobre generaciones posteriores.
Para el crítico Francisco Ramos, “el Concierto para violín y orquesta – así como el de piano y los Estudios para piano – suponen una de las más claras y fehacientes pruebas de acercamiento que compositor moderno alguno haya realizado hacia el público receptor. En el dilema de cómo insuflar nuevo aire a su música, Ligeti acierta de pleno. La modernidad pasa ahora por la mayor transparencia del mensaje sonoro. El lenguaje del autor abunda todavía más – si cabe – en su tono de fragilidad, de cuerpo sonoro ingrávido, para el cual no existen otros mensajes subliminales que el de la belleza del timbre y la melodía”. El Concierto tiene 5 movimientos relativamente breves: 1. Praeludium:Vivacissimo luminoso – attacca. 2. Aria, Hoquetus, Choral: Andante con moto – ataca. 3. Intermezzo: Presto fluido. 4. Passacaglia: Lento intenso. 5. Appasionato: Agitato Molto.
Christian Tetzlaff, violín
Gürzenich Orchester Köln, dirige François Xavier Roth
Comentarios