Ivo Pogorelich, piano
Aunque Chopin era esencialmente un miniaturista, manejó la forma de sonata con notable seguridad. Hasta cierto punto, sus baladas, scherzos e impromptus eran lo bastante sustanciosos para proporcionarle una buena preparación para escribir los cuatro movimientos de su tercera y última sonata para piano. Sin embargo, es el primer movimiento de esta obra, en particular, en donde aparecen habilidades de composición que Chopin tuvo pocas oportunidades para poner en práctica.
El primer movimiento, Allegro maestoso, cae en forma de sonata tradicional, construido a partir de un primer tema decisivo y a veces impulsivo y un segundo tema más extenso, muy lírico con una filigrana de acompañamiento muy detallada, música que no es ajena a los Nocturnos. La textura musical se engrosa considerablemente en la sección de desarrollo central; Chopin dedicó largos pasajes a variantes sobre el segundo tema, pero gran parte del desarrollo es altamente contrapuntístico. Después de la recapitulación, que nuevamente enfatiza el segundo tema, el movimiento termina con una coda sorprendentemente pacífica.
El muy breve Scherzo, molto vivace, utiliza secciones ligeras y desafiantes en mi bemol para enmarcar luego un Trio suave y pensativo en si mayor. El movimiento lento resultante, un Largo, es el corazón de la sonata, tanto conceptual como rítmicamente. Los acordes severos pero armónicamente ambiguos conducen a una aria delicada y nostálgica respaldada por una figura de latidos suaves en el bajo. Esto pronto es reemplazado por una sección larga, fluida y rapsódica. El tema de apertura, ahora con un acompañamiento más murmurante, regresa ornamentado para escoltar el movimiento hasta su conclusión.
El movimiento final, Presto non troppo, hace una breve transición desde el Largo con algunas barras introductorias que conducen al primer tema urgente e intranquilo de lo que resulta ser un Rondo; este material en si menor se alterna con una sección contrastada, lanzada por acordes diseñada para mostrar el ágil trabajo de los dedos del intérprete. Los elementos de ambas secciones se superponen para una gran coda.
Fuente: James Reel para allmusic.com
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