El Siglo XX y su música

Trauma, fractura y globalización son algunos de los aspectos que definen el siglo XX. La música entra en una nueva etapa cambiando radicalmente su identidad.

Por Música en México Última Modificación septiembre 22, 2021

por Francesco Villela

Trauma, fractura y globalización son algunos de los aspectos que definen el siglo XX. La música entra en una nueva etapa cambiando radicalmente su identidad.

Nuestro recorrido a través de la historia de la música entra hoy en su tramo final y, probablemente, más desafiante: el siglo XX. El panorama que se abre ante nosotros al mencionar esta época es abrumador e imposible de resumir en términos esenciales. Podríamos pensar – y estaríamos en lo cierto – que su cercanía cronología a nuestros tiempos (y a nuestras vidas) complica las cosas y nos impide observar nuestro pasado musical más cercano con la misma lucidez y distancia con la que escuchamos y estudiamos a Monteverdi y Bach. De la misma manera, podemos también relacionar la complejidad de esta época con la frecuente aspereza de su lenguaje musical, para muchos tan disonante y hostil respecto al repertorio ‘clásico’ o, incluso, a la notable cantidad de fuentes directas con las que contamos al respecto. Cuestionar los desafíos del siglo XX a partir de estas (y quizás otras) perspectivas es una tarea que sigue ocupando debates transversales entre musicología, sociología e historia. Una manera alternativa para entender un siglo tan retador es la de mirar a algunos de los temas comunes que unen las distintas experiencias musicales de este siglo tan fascinante y que las diferencian de su pasado. En este siglo nos enfrentamos con una variedad extensa de géneros musicales, del jazz al rap, del reggaetón al blues. En este recorrido que hoy, con esta introducción, comenzamos en Música en México nos vamos a concentrar en lo que suele identificarse, aunque erróneamente, con la etiqueta de ‘música clásica’, sin ignorar, obviamente, sus múltiples diálogos con otros géneros musicales a lo largo de los últimos cien años de su historia.

Música y política

El primer tema que surge al hablar de música en el siglo XX es el político e ideológico. La relación entre música y política es una perspectiva esencial para estudiar distintos géneros y formas musicales en su contexto histórico, desde la música de Lully en la Versalles del Rey Sol en el siglo XVII hasta Beethoven, Rossini y los hechos posrevolucionarios en la Europa del siglo XIX. Sin embargo, ninguna época de la historia vivió eventos tan rápidos, radicales, trágicos y globales como el siglo XX: a partir de la primera guerra mundial, la política fue marcando de manera inevitable y traumática el camino de las artes, en movimientos a favor o en contra, de sátira o de demagogia, de apoyo o de crítica. Hasta ese momento, música y política habían interactuado de manera saltuaria y a menudo indirecta, con algunas excepciones memorables. Con el nuevo siglo, estos dos elementos se acercan hasta tocarse y mezclarse en simbiosis o contraste total. Los compositores se ven obligados a tomar posición ante las dictaduras a veces sometiéndose con prudencia, a veces criticándolas a costo de su propia vida. Los lenguajes musicales interactúan con la realidad, describen el dolor humano de un asedio (Sinfonía n. 7 Leningrado de Shostakovich), meditan sobre el dolor del Holocausto (Quatuor pour la fin du temps de Messiaen) o transforman presidentes de Estados Unidos y líderes de China en personajes operísticos (Nixon in China de John Adams). La música abandona su carácter puro (si es que lo ha tenido alguna vez) para ensuciarse las manos, ponerse en juego y reclamar un papel protagónico en las dinámicas políticas de su tiempo.

Un siglo de fracturas

Ante estos hechos, hablar de fractura se ha vuelto necesario en la historiografía del siglo XX, en términos quizás más radicales respecto a eventos como la Revolución Francesa de 1789. La metáfora de la fractura nos ayuda a entender la magnitud de los cambios que el mundo entero fue viviendo y absorbiendo con rapidez, desde el desarrollo y difusión de la tecnología hasta la globalización y el dominio de la comunicación en el mundo e, incluso, el universo. Lo que nos interesa no es mencionar estos cambios sino los efectos que tuvieron en la música. Los traumas y las tragedias del siglo XX requieren formas, géneros y estilos compositivos que sepan traducir e interpretar el carácter traumático y a menudo incomprensible e inexplicable de estos hechos. Ante un mundo nuevo, las formas tradicionales de la música occidental parecen haber agotado su potencial expresivo y abren las puertas a nuevos terrenos de exploración. Se rompe con la tonalidad, se buscan diálogos con culturas extraeuropeas, se construye una interacción constante con géneros hasta ese momento considerados inferiores. La música rompe las fronteras de su canon occidental para cuestionarse a sí misma, su papel en la historia y en la sociedad de su presente y futuro.

Mundo y sociedad

Muchas de las preguntas que los compositores se plantean surgen también a partir de un mundo cada vez más conectado y diversificado. El siglo XX no marca el nacimiento de la música globalizada – la música virreinal o el éxito de la ópera italiana en América Latina en el siglo XIX nos obligan a antedatar ese momento –, pero sí su difusión capilar a nivel geográfico y social. Por primera vez en la época contemporánea la música occidental se escucha y se produce en distintas partes del mundo, desde Japón hasta México, pasando por África, diversificando en términos culturales, políticos, religiosos, sexuales y étnicos un público hasta ese momento exclusivamente blanco, pudiente y europeo (o de descendencia europea). Este fenómeno tuvo efectos inmediatos en la producción de la música: por un lado, fortaleció la reputación y el poder económico de géneros ‘populares’, por el otro, exacerbó la distancia con formas musicales experimentales cada vez más sofisticadas y difíciles de entender.

Este ciclo que hoy comienza no pretende cubrir todos los nombres y las obras musicales del siglo XX. Las historias de la música disponibles hoy en día, a partir de las de Cambridge (Nicholas Cook y Anthony Pople) y Oxford (Richard Taruskin), hasta la afortunada y más accesible publicación de Alex Ross (The rest is noise, 2007), ofrecen un panorama detallado de este siglo XX. Lo que vamos a realizar es un recorrido por algunas de las obras más representativas del siglo XX para ver cómo estos temas que acabamos de mencionar – y muchos otros que por necesidad de espacio dejamos a un lado – interactuaron con el lenguaje musical plasmando la identidad sonora de nuestro tiempo.

Música en México
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Redacción. Música en México tiene la misión de promover la música clásica – y la música nueva – en México, y de dar a conocer una selección de las actividades musicales en el resto del mundo.

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