Jack Worthing – Timur
Algernon Moncrieff – Ed Ballard
Cecily Cardew – Alison Scherzer
Hon. Gwendolen Fairfax – Nina van Essen
Miss Prism – Jessica Walker
Lady Bracknell – Graeme Danby
Lane / Merriman – Vincent Casagrande
Dr Chasuble – Steven Beard
Orquesta de cámara friburguesa
Música – Gerald Barry
Concertador – Jérôme Kuhn
Escena – Julien Chavaz
Escenografía – Julien Chavaz y Severine Besson
Vestuario – Severine Besson
Iluminación – Eloi Gianini
Coreografía – Nicole Morel
Dramaturgia – Anne Schwaller
Video – Isabelle Soulard
5 cosas que hay que saber sobre La importancia de llamarse Ernesto
1. Obra maestra victoriana
The Importance of Being Earnest, de Oscar Wilde, se presentó por primera vez en el St James’s Theatre de Londres en 1895. La historia gira en torno a dos jóvenes, Jack y Algernon, que fingen ser otras personas para escapar de las onerosas obligaciones sociales. Su gran farsa y su ingenioso diálogo han ayudado a hacer de la obra la pieza de sátira victoriana tardía más popular. Fue el último trabajo del escritor irlandés para la escena y se considera su mejor obra.
2. Adaptaciones musicales
Han habido varias adaptaciones musicales de la obra de Wilde, aunque pocas han resistido el paso del tiempo. El primer ejemplo es Oh Earnest, un musical estadounidense de 1927. “Desde casi cualquier punto de vista, parece estar por debajo del promedio de las comedias musicales”, escribió Brooks Atkinson en su crítica para The New York Times. El crítico de Broadway prefirió Ernest in Love, un musical off-Broadway de 1960 con letras de Anne Croswell y música de Lee Pockriss: “Todo se ha hecho con el gusto más impecable, toda la actuación irradia una naturaleza astuta”. El compositor escocés Erik Chisholm escribió una ópera de la obra en 1963, utilizando el texto de Wilde como libreto, y un año después Mein Freund Bunbury del compositor alemán Gerd Natschinski se estrenó en el Metropol-Theater de Berlín.
3. Una comisión transatlántica
La Filarmónica de Los Ángeles y el Centro Barbican de Londres encargaron conjuntamente al compositor irlandés Gerald Barry escribir una ópera basada en La importancia de llamarse Ernesto, que completó en ocho meses. Él mismo adaptó el libreto de la obra original, con cortes del texto sustanciales mientras conservaba la trama completa, así como muchas de las líneas más famosas de Wilde. “El texto era demasiado largo”, dice Barry, “y tuve que cortar alrededor de dos tercios de él, pero la estructura es tan fuerte que creo que la gente apenas se dará cuenta”. Me deshice de todas las sutilezas sociales, lo que le da un tono diferente”. También convirtió a Lady Bracknell en un papel de falda para un bajo, porque pensaba en ella como un gran jugador galés de rugby.
4. Aclamación crítica
Los primeros conciertos de la nueva ópera de Barry se dieron en Los Ángeles en abril de 2011, con Thomas Adès como director. La recepción crítica fue muy positiva: “La partitura es muy sofisticada e indescriptiblemente estrafalaria”, escribió Mark Swed en su reseña para The Los Angeles Times. “El mundo ahora tiene una nueva ópera genuinamente cómica y quizás la ópera más ingeniosa de Oscar Wilde desde Salome de Richard Strauss hace más de un siglo”. Posteriormente, Adès realizó conciertos en Londres y Birmingham en abril de 2012, y la ópera fue estrenada por primera vez en mayo de 2013 en la Ópera Nacional de Lorraine.
5. Resultados extraordinarios
La importancia ganó el Premio 2012 de la Royal Philharmonic Society a la composición a gran escala. “La liberación y el júbilo marcaron su estreno en Londres”, dijeron los jueces, y agregaron: “La originalidad contundente de este trabajo rompe las convenciones y proporciona las citas más gastadas con frescura y originalidad”. La ópera de Barry se ha convertido desde entonces en una de las nuevas óperas más famosas de la década y ya se ha presentado en tres producciones diferentes. En esta cuarta, la Nueva Ópera de Friburgo, el director Julien Chavaz y la diseñadora Severine Besson emplean todo su ingenio y un esquema de colores eléctricos. “La puesta en escena subraya completamente el potencial cómico de la música”, escribe Laurent Bury en su reseña para Forum Opera. “El resultado es extraordinario”.
Fuente: Opera Vision
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