Ópera Nacional Holandesa
Yuri Vsevolodovich
Vsevolod Yuryevich
Fevroniya
Grishka Konterma
Fyodor Poyarok
Paje
Dos Nobles
Intérprete de gusli
Domador de oso
Mendigo
Bedyay
Burunday
Sirin
Alkonost
Vladimir Vaneev
Maxim Aksenov
Svetlana Ignatovich
John Daszak
Alexey Markov
Mayram Sokolova
Morschi Franz, Peter Arink
Gennady Bezzubenkov
Hubert Francis
Iurii Samoilov
Ante Jerkunica
Vladimir Ognovenko
Jennifer Check
Margarita Nekrasova
Orquesta y Coro de la Ópera Nacional Holandesa
Música
Libreto
Concertador
Escena
Escenografía
Vestuario
Iluminación
Dir. de coro
Nikolai Rimsky-Korsakov
Vladimir Nikolajevitsj Belski
Marc Albrecht
Dmitri Tcherniakov
Dmitri Tcherniakov
Dmitri Tcherniakov, Elena Zaytseva
Gleb Filshtinsky
Martin Wright
Argumento
Acto 1 (en un bosque)
Fevronia, hermana de un leñador, vive en el bosque; aparece el príncipe Vsevolod que, herido, se ha extraviado durante una partida de caza. Fevronia, quien conoce de artes místicas, le cura y el príncipe le ofrece ser su esposa… Al llegar los cazadores, Fevronia descubre la identidad de su prometido.
Acto 2 (en Kitezh “la pequeña”, poblado antes de llegar a Kitezh “la grande”)
El pueblo aclama a la futura princesa. No obstante, Fevronia está enamorada en parte del borracho Gricha, al que corresponde con humildad, Pero los tártaros irrumpen y Fevronia es hecha prisionera mientras que Gricha acepta bajo amenazas guiar a los tártaros hacia Kitezh “la grande”.
Acto 3 (dos cuadros: en Kitezh “la grande” y a orillas de un lago)
El príncipe se dispone a librar una batalla, corre el rumor de que Fevronia encabeza a los asaltantes… Pero las campanas suenan y la ciudad desaparece envuelta en una espesa bruma (se oye un interludio orquestal que describe la batalla, ganada por los tártaros, e introduce el cuadro siguiente). En el campamento tártaro, Fevronia y Gricha consiguen escapar… Pero gracias al poder mágico de Fevronia, Kitezh se hace invisible: los tártaros, llenos de pavor ante semejante prodigio, huyen en desorden.
Acto 4 (dos cuadros: en el bosque y, después, en Kitezh).
Fevronia y Gricha prosiguen su fuga extenuados. Gricha parece incluso perder la razón… El espectro de Vsevolod surge ante los ojos de Fevronia y guía a la joven a través de la ciudad. Fevronia penetra en una Kitezh transfigurada, ahora eterna: es allí donde se unirá al príncipe Vsevolod y tendrá lugar su mística boda, mientras los habitantes de Kitezh celebran la redención del dolor terrenal y la beatitud de la eternidad.
Composición
Siendo tal vez la menos conocida de las óperas de Rimsky-Korsakov, Kitezh es sin duda la más interesante desde un punto de vista musical, acaso junto con El gallo de oro, su obra maestra de la escena. Legendaria fantasmagoría, completamente impregnada de panteísmo, Kitezh es heredera de Mussorgsky en lo que respecta a la expresividad dramática de sus recitativos, modelados flexiblemente sobre el texto, y por la profundidad de su lirismo.
Lirismo amplio y generoso, que nos permite descubrir a un compositor de cuya maestría orquestal se hace alabanza ordinariamente al señalar procedimientos dignos de un ilusionista: ahora bien, si la orquestación de Kitezh conserva admirables cualidades plásticas y “decorativas”, el virtuosismo jamás constituye un fin en sí mismo. La inspiración melódica es más hermosa que nunca, digna por completo de El Príncipe Igor, de Borodin, al que nos recuerda a veces esta ópera de Rimsky-Korsakov que transfigura cada episodio del cuento fantástico: del personaje místico de Fevronia se desprende una extraordinaria humanidad, y el apoteosis final -la unión inmortal del Príncipe y la Virgen posee la intensidad poética de los grandes símbolos míticos.
Fuente:
- OperaVision
- Tranchefort, Francois-René. La Ópera, Madrid, Taurus Ediciones, 1985, pp 383-384.
Comentarios