En un salón de la alta sociedad de principios del Siglo XX, ocho músicos se sirven del repertorio del compositor Kurt Weill (1900-1950) para cantar sobre lo mejor y lo peor de la condición humana. Desde Berlín, pasando por el cabaret parisino y la nostalgia de Broadway, L’orchestre d’hommes-orchestres, conjunto de Quebec, recorre la trayectoria de Weill en su exilio americano, utilizando instrumentos nada convencionales para producir una “música de objetos”, para evocar su mundo musical y personal. Superpuestas a la música, hay imágenes surrealistas elaboradas por el grupo para crear “tableaux vivants”, la representación teatral de una pintura, tan extraña como fascinante. Así, L’orcheste d’hommes-orchestres —a una década de su nacimiento— renueva su espíritu iconoclasta a través de la creación de una obra musical en la que se mezclan además el teatro, el cabaret, las artes visuales y el performance para obtener lo que ellos dieron a llamar como “música que se puede ver”.
Teatro de la Ciudad, miércoles 8, jueves 9, viernes 10, a las 20:30 hs.
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