Un atril con un solo pie, en el que se ponen las partituras grandes. Este término suele reservarse para designar los pesados atriles de las iglesias, destinados a sostener los libros de cantos que, antiguamente, servían de partitura única y común para toda la masa coral (de ahí sus grandes dimensiones). Son generalmente esculpidos en madera pero los hubo hasta en plata para lucir al frente de las iglesias más fastuosas.
Fuente: Diccionario de música, bajo la dirección de Marc Vignal, Archidona (Málaga), Ediciones Aljibe,2001.
Comentarios