Maxim Vengerov, violín | Daniel Barenboim, director | Orquesta Sinfónica de Chicago
Ahí va una especie de acertijo: Sibelius compuso solamente una obra para instrumento solista y orquesta, a pesar de lo cual hoy contamos con dos conciertos suyos para violín. ¿Cómo explicar esta aparente contradicción? Ni más ni menos, con una compleja historia de creación, duda, trabajo y, finalmente, triunfo. Esta historia se inicia en 1902, cuando Sibelius menciona por primera vez su intención de componer un concierto para violín y orquesta. La obra queda terminada en 1903 y, desde su concepción misma, Sibelius manifiesta su intención de que el estreno esté a cargo de Willy Burmester, concertino de la Filarmónica de Helsinki. Sin embargo, un apuro económico obliga a Sibelius a estrenar el concierto prematuramente, en una sesión musical dedicada íntegramente a sus obras. (La historia no registra cuánto dinero obtuvo Sibelius por esa velada musical). Así, el 8 de febrero de 1904 el Concierto para violín de Sibelius se estrena bajo la dirección del compositor, llevando como solista a Viktor Novacek, violinista y profesor de origen checo, y con la Filarmónica de Helsinki. De este modo, Burmester se queda sin participar en el estreno, a pesar de lo cual reacciona con nobleza y al enterarse de las buenas críticas recibidas por la obra ofrece su participación en la difusión de la pieza.
Ahora bien, no todas las críticas al concierto fueron buenas; una de las más severas fue la del propio compositor, quien después del estreno escribió a su amigo Axel Carpelan:
“Voy a retirar mi Concierto de violín, y no se tocará por dos años. Este es mi gran dolor secreto del momento. El primer movimiento debe ser reformado totalmente, así como las proporciones del andante.”
Entonces, el compositor revisó la partitura de la obra en 1905 y obtuvo una segunda versión sustancialmente distinta a la primera. Una vez terminada la revisión, Sibelius guardó la primera versión del concierto y prohibió que se volviera a tocar. De nuevo, había planes para que Willy Burmester tocara el estreno del recién revisado Concierto para violín de Sibelius, pero de nuevo las circunstancias lo impidieron, y el estreno de la obra tal como la conocemos hoy estuvo a cargo del violinista Karel Halir. Tal estreno ocurrió el 19 de octubre de 1905 en la ciudad de Berlín, y la dirección de la orquesta estuvo a cargo de Richard Strauss, lo que habla bien del respeto y aprecio que Strauss tenía por la música del gran compositor finlandés. En esta ocasión, el violinista Burmester sí se enfureció, y jamás tocó el Concierto para violín de Sibelius. (La pérdida, sin duda, fue para él).
Ahora bien, siguiendo con la pesquisa para resolver nuestro acertijo musical, ¿dónde quedó el manuscrito de la primera versión del concierto? Originalmente, fue a dar a la biblioteca de la Universidad de Helsinki, donde permaneció encerrado siguiendo los deseos del compositor. Sin embargo, sucede que hace unos años los herederos de Sibelius accedieron a la petición de la comunidad musical finlandesa de permitir que se conociera la versión original del Concierto para violín. Así, la partitura fue desempolvada y puesta a disposición de quienes mostraron su deseo de darle nueva vida. De ese modo, hoy es posible conocer estos dos conciertos para violín de Sibelius, que en realidad y a pesar de sus diferencias, son uno y el mismo. En ambas versiones puede apreciarse una distante relación con el Concierto para violín de Mendelssohn, aunque como es de esperarse, el concierto de Sibelius es mucho más sólido y profundo que el de su antecesor alemán.
¿De qué nos sirve a nosotros, los mortales comunes, que se haya desenterrado la partitura de la primera versión de la obra? De mucho, como se verá en seguida. Resulta que la etiqueta discográfica sueca BIS, especialista en el repertorio escandinavo, sacó recientemente al mercado un disco compacto que contiene buenas interpretaciones de ambas versiones del concierto, a cargo del violinista Leonidas Kavakos y la Orquesta Sinfónica de Lahti dirigida por Osmo Vänskä. Sin duda, este disco es un vehículo inmejorable para comparar ambas versiones y para intentar penetrar en el pensamiento musical del gran Jean Sibelius. (Por cierto, buena parte de la información de esta nota la debo al texto que acompaña al disco compacto en cuestión).
Observación final: la del Concierto para violín no fue la única partitura revisada por Sibelius, quien también renovó las versiones originales de la Suite Lemminkäinen, los poemas sinfónicos Una saga y Las Oceánidas, así como su Quinta sinfonía.
Fuente: Juan Arturo Brennan para OFUNAM
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