Ecos (Ensambles, coros, orquestas sinfónicas) es un programa de la Secretaría de Cultura de Jalisco que busca incidir en las comunidades y vida de los menores a partir de la música, música para el desarrollo como se lee en la rúbrica institucional.
“Ecos está planteado en términos de la posibilidad que ofrece el aprendizaje y la práctica de la música para fomentar ciertos círculos virtuosos, en la vida de las personas, las familias, los barrios y las comunidades”, dice Diego Escobar González, director general de Desarrollo Sectorial y Vinculación, después de un encuentro de directores y gestores de cultura de los 125 municipios jaliscienses.
El programa busca aprovechar las posibilidades que hay en cada municipio y nutrirse de su tradición musical, y dada la diversidad de las comunidades, en los 29 núcleos de enseñanza que funcionan actualmente – podrían ser 50 al cerrar el año – es posible que surjan ensambles de mariachi, bandas sinfónicas, coros con flautas y guitarras, o un grupo con violines y guitarras tradicionales, que es el caso de las comunidades wirráricas del Mezquitic, el único que alberga dos núcleos. Hilario de la Cruz, maestro en uno de ellos en la comunidad huichol San Andrés Cohamiata, sintetiza el espíritu del programa: “es un proyecto basado en valores, se trabaja la autoestima, la honestidad, la responsabilidad, la empatía, la solidaridad, que ayudan a los jóvenes y niños a convivir
en un ambiente de respeto por medio de la música”.
Otra de las características de Ecos es que los maestros son originarios o radican en el municipio donde enseñan. La vinculación con los ayuntamientos también es esencial, ya que de ellos depende tener un aula mínimamente equipada para las clases y ensayos, con un pizarrón, sillas y una computadora con Internet, y hacerse cargo del mantenimiento y los servicios. Ecos paga a los maestros y facilita los instrumentos. Las clases son necesariamente gratuitas.
La gran ilusión de un niño o joven de Ecos es llegar a una de las dos grandes orquestas que tiene el programa para visibilizar a los alumnos más destacados. Una es la Orquesta Ecos, integrada solo por niños y adolescentes beneficiarios del programa, y la otra es la Orquesta Juvenil Pablo Moncayo, abierta a jóvenes de hasta 25 años. Ambas están muy posicionadas en el ámbito musical de Jalisco con presentaciones exitosas en plazas públicas, teatros y giras a los municipios.
Además de la enseñanza de la música, Ecos ha sido también un vehículo para rescatar las tradiciones musicales de los pueblos, que son patrimonio cultural intangible, y para mejorar el rendimiento escolar y el entorno social de los niños. “Nos interesa muchísimo que además de la música, los niños suban sus calificaciones en español y matemáticas, si no lo hacen, el fracaso no es de ellos, es nuestro”, enfatiza Escobar.
Fuente: J. Francisco de Anda, El Economista.
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