El elixir de amor en el MET

Por José Antonio Palafox El compositor francés Daniel Auber (1782-1871) dejó entre nosotros una huella musical basada, fundamentalmente, en su trabajo operístico. Fue alumno de […]

Por Jose Antonio Palafox Última Modificación febrero 2, 2018

Por José Antonio Palafox

El compositor francés Daniel Auber (1782-1871) dejó entre nosotros una huella musical basada, fundamentalmente, en su trabajo operístico. Fue alumno de Luigi Cherubini (1760-1842), y a lo largo de su carrera abordó indistintamente dos estilos de expresión operística, básicamente contradictorios: el estilo francés y el estilo italiano. Por lo que se refiere al estilo italiano, su modelo fue Gioachino Rossini (1792-1868), de quien incluso se llegó a decir que era un imitador. En cuanto al estilo francés, Auber logró sus mejores óperas, con un sabor nacional propio, en los años en que colaboró con el libretista Eugène Scribe. Para más señas, hay quienes afirman que Auber logró incluso crear algunas óperas con una balanceada síntesis de ambos estilos: el brillo italiano sumado a la gracia y el lirismo franceses.

Entre las óperas valiosas de Daniel Auber están Fiorella (1826), La fiancée (1829), Fra Diavolo (1830), La marquise de Brinvilliers (1831), Le serment (1832), Gustave III (1833), Lestocq (1834), Le cheval de bronze (1835), Le domino noir (1837), Zanetta (1840) y Les diamants de la couronne (1841). Dicho lo cual, es el momento de abordar la figura de Eugène Scribe (1791-1861), el prolífico creador de libretos, cuya abundancia hizo que sus contemporáneos se refirieran a él como la fábrica Scribe. Y si bien es cierto que Scribe redactó algunos libretos de escaso valor, también es un hecho que casi siempre mostró un sentido dramático bien enfocado y de singulares cualidades teatrales. Auber utilizó libretos de Scribe en 38 de sus óperas, lo cual demuestra sin duda un aprecio especial por sus textos. Entre ese número asombroso de libretos escritos por Scribe para Auber, destaca el texto de una ópera titulada Le philtre (El filtro, 1831), que como el lector perspicaz podrá imaginarse, trata de un licor mágico, pócima fantástica o elixir de amor, de los que tanto abundan en las leyendas, los cuentos de hadas y la ópera.

Todo este preámbulo sobre Auber, Scribe y sus colaboraciones sirve para dejar establecido el hecho de que el libreto de El elixir de amor (L’elisir d’amore), una de las óperas más populares del catálogo de Gaetano Donizetti (1797-1848), fue escrito por Felice Romani (1788-1865) a partir del libreto de Le philtre. ¿Qué cara pondría hoy Auber si pudiera salir sigilosamente de su fría tumba y asomarse a las carteleras operísticas para descubrir que Le philtre no pasa de ser una curiosidad de enciclopedia, mientras que El elixir de amor es una ópera sumamente popular? Pondría cara de pocos amigos, sin duda, y pediría algún filtro mágico para morirse de nuevo rápidamente. Y antes de morirse de una vez por todas, Auber todavía tendría tiempo para hacer un doble coraje, al enterarse de que El elixir de amor fue escrita por Donizetti en dos semanas, en respuesta a un encargo de emergencia del Teatro della Canobbiana para sustituir a otra ópera que no había sido entregada a tiempo. Ahora sí, una vez muerto definitivamente el señor Auber, se hace posible recordar que, a pesar del apuro y las carreras, El elixir de amor fue entregado a tiempo por Donizetti y que desde la noche misma de su estreno resultó un éxito indiscutible, al grado de que fue representada durante 32 noches consecutivas.

Hoy en día, El elixir de amor es considerada, junto con El barbero de Sevilla de Gioachino Rossini y Don Pasquale del propio Donizetti, como vértice indispensable de la gran trilogía de óperas cómicas italianas. Además, esta divertida ópera forma parte de una lista más o menos larga de óperas en la que diversos líquidos, preparados, pociones, brebajes y licuados de todo tipo forman parte integral de la utilería del momento, casi siempre con resultados más o menos nefastos para quien los bebe, voluntariamente o no.
Y si se trata de terminar esta glosa mínima con el tradicional descenso al mundo de la trivia, ahí van un par de notas históricas ciertamente interesantes:
1.- En 1855, la compositora y pianista inglesa Kate Loder (1825-1904) dio a conocer su ópera L’elisir d’amore, basada en la misma historia que la de Donizetti.

2.- En el otoño de 1859, en el Teatro Rossini de Turín, se presentó una versión de El elixir de amor de Donizetti cantada en dialecto piamontés, firmada por un tal Anacleto Como d’Alba.
Fuente: Juan Arturo Brennan en el programa de mano del Auditorio Nacional para las proyecciones En vivo desde el MET de Nueva York, temporada 2017-2018
Gaetano Donizetti: Una furtiva lagrima (El elixir de amor) / Matthew Polenzani (Nemorino) y la Orquesta del Met, dirige Domingo Hindoyan

El próximo sábado 10 de febrero se transmitirá en el Auditorio Nacional, en vivo desde el Met de Nueva York, El elixir de amor de Gaetano Donizetti en la reposición de la puesta en escena de Bartlett Sher. En los papeles protagónicos estarán el tenor estadounidense Matthew Polenzani como el ingenuo Nemorino, la soprano sudafricana Pretty Yende en su debut como la frívola Adina, el barítono italiano Davide Luciano como el presuntuoso sargento Belcore y el bajo-barítono italiano Ildebrando D’Arcangelo como el embaucador “doctor” Dulcamara. Al frente de la orquesta del Met estará el joven director venezolano Domingo Hindoyan.

Jose Antonio Palafox
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