La más importante corriente de compositores de polifonía renacentista de los siglos XV y XVI, la Escuela franco-flamenca, tenía una tradición muy especial para recordar a los difuntos, componer Déplorations, lamentos para honrar la memoria de sus antecesores. El primero en establecer esta práctica fue Johannes Ockeghem, quien escribió una obra dedicada a Gilles Binchois, uno de los grandes músicos de la Escuela de Borgoña, piedra angular del estilo franco-flamenco.
Johannes Ockeghem: Déploration sur la mort de Binchois
Graindelavoix
Años más tarde, tras la muerte de Ockeghem, uno de los máximos exponentes del virtuosismo polifónico del norte de Europa, Josquin Des Prez, compuso a su vez una bellísima Déploration para el creador de la Missa prolationum.
Josquin Des Prez: Déploration pour la mort de Ockeghem
Jordi Savall · Hesperion XXI · La Capella Reial De Catalunya
La generación que siguió a Josquin, reconoció en él a la figura más significativa del inicio del seiscientos, el maestro absoluto, sin límites en el uso del contrapunto más exquisito. A Josquin lo celebraron no uno, sino varios compositores posteriores. El más destacado Nicolás Gombert, pero también Benedictus Appenzeller. Ambos utilizaron el mismo texto Musae Jovis, en el que se nombra el nombre de Josquin en clarísimas imitaciones. Además, un compositor menos conocido, Hyeronimus Vinders, nos legó O Mors Inevitabilis, otra joya polifónica con el mismo dedicatario.
Nicolas Gombert: Musae Jovis (En memoria de Josquin Des Prez)
The Lacock Scholars
Benedictus Appenzeller: Musae Jovis (En memoria de Josquin Des Prez)
Ensemble Clément Janequin, dirige Dominique Visse
Hyeronimus Vinders: O Mors Inevitabilis (En memoria de Josquin Des Prez)
Stile Antico
Sirvan estos ejemplos para recordar a todos los grandes músicos que han hecho la vida más llevadera con su Arte.
Música en México
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