Mieczyslaw Karlowicz (1876-1909) murió en circunstancias curiosas: apasionado excursionista, fotógrafo y esquiador, acostumbraba emprender caminatas largas y solitarias por las montañas de Tatra, la cordillera más alta de los Cárpatos y barrera natural entre Polonia y Eslovaquia. Durante una de sus expediciones, el 8 de febrero de 1909, una inesperada avalancha lo enterró en vida y su cuerpo desecho no fue encontrado sino días después.
Este terrible accidente puso fin a la carrera de uno de los compositores polacos más destacados de su generación. Nacido en una familia académica y próspera en lo que hoy es Letonia, estudió inicialmente el violín y, más tarde, con la intención de seguir una carrera profesional como concertista se mudó a Berlín en 1895. Pronto le atrajo la composición y escribió varias series de canciones y piezas para piano.
Compuso música incidental para el drama de un autor polaco y una sinfonía en 1902. Regresó a Varsovia y ocupó el puesto de director de la Sociedad de Música Polaca pero, descontento con la naturaleza burocrática del trabajo, se mudó a a Sakopane, al pie de las montañas Tatra.
Entre 1904 y 1909 compuso varios poemas sinfónicos, tratando de fusionar tendencias modernistas con tradiciones nacionales y produjo obras destacadas por su lirismo y tono melancólico, siguiendo ejemplos de Straauss, Wagner y Chaikovski.
En 1902 terminó su Concierto para violín, el cual fue estrenado en Berlín en 1903. Para la parte solista, la obra presenta una escritura firme e idiomática, con muchos pasajes para el lucimiento del solista acompañados por una orquestación brillante.; un concierto para violín de la más pura tradición romántica. Los tres movimientos están unidos en secuencia continua.
Después de la Primera Guerra Mundial, el Concierto de Karlowicz prácticamente desapareció de los programas musicales pero en años recientes ha sido redescubierto por varios violinistas eminentes.
El Concierto para violín y orquesta de Karlowicz será estrenado en México por la Orquesta Filarmónica de la UNAM, con Sebastian Kwapisz al violín, dirigidos por Massimo Quarta. Sábado 17 (20:00h) y domingo 18 (12:00h) de noviembre, Sala Nezahualcóyotl. En el mismo programa, un estreno mundial del compositor mexicano Hebert Vázquez: Ofrenda, y, además, la Obertura de Las bodas de Fígaro, y la Sinfonía no.40, de W.A. Mozart.
Charla introductoria al programa, el sábado 17, a las 19:00 horas.
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