Himno de Yucatán

Yucatán fue el primer estado de la República Mexicana en tener su propio himno. Inspiradas en el triunfo de la República sobre el Segundo Imperio

Por Música en México Última Modificación abril 2, 2024

Yucatán fue el primer estado de la República Mexicana en tener su propio himno. Inspiradas en el triunfo de la República sobre el Segundo Imperio, las estrofas del llamado Himno Patriótico Yucateco fueron escritas por el poeta meridano Manuel Palomeque Solís (1842-¿?), con música del compositor José Jacinto Cuevas Barrera (1821-1878), también nacido en Mérida. La letra fue leída por primera vez en forma de poema el 14 de julio de 1867, en el marco de la celebración de la toma de la Ciudad de México por las fuerzas republicanas de Benito Juárez. Dos meses después, el 15 de septiembre de 1867, el himno —ya con la música de José Jacinto Cuevas —fue estrenado en su primera versión [posteriormente se le agregaron los versos que forman el coro, de la autoría del poeta y dramaturgo meridano José García Montero (1836-1913)] en voz del tenor cubano Ramón Gasque y bajo la batuta del propio compositor, en el Teatro Peón Contreras de la ciudad de Mérida. Al año siguiente, el 14 de septiembre de 1868, el general Manuel Cepeda Peraza (1828-1869), nacido en Mérida y a la sazón gobernador de Yucatán, declaró la obra de Palomeque y Cuevas como himno oficial de la entidad.

Cabe señalar que, en los versos del coro, el sol del cinco de mayo que eclipsa la estrella de Luis Napoleón es, por supuesto, una referencia a la Batalla de Puebla, que tuvo lugar el 5 de mayo de 1862 y en la que las huestes del general Ignacio Zaragoza (1829-1862) infringieron su primera derrota en más de cincuenta años al notablemente superior ejército del emperador francés Luis Napoleón Bonaparte (1808-1873), comandado por el general Charles Ferdinand Latrille (1814-1892). El águila esclava de Europa que se menciona en la primera estrofa es una referencia al águila de oro a punto de levantar el vuelo que formó parte del escudo de armas del Imperio francés, mientras que el altivo cóndor del Anáhuac es, por su gran resistencia ante la adversidad, símbolo del ejército republicano de México. Los lagos de sangre que bogaba el indígena Juárez mencionados en la segunda estrofa son alusión al violento periodo que se vivió en el México de la época, mientras que los primeros soldados del mundo que, en la tercera estrofa, reconocen su derrota ante quienes luchan por una causa justa son, como ya mencionamos, los soldados del ejército francés, que en ese tiempo era considerado el mejor del orbe. Ahí mismo se menciona a varios paladines de la Patria mexicana, cuyos esfuerzos sirvieron para poner fin a la Segunda Intervención Francesa: Ignacio Zaragoza, Mariano Escobedo (1826-1902), José María Arteaga (1827-1865), Carlos Salazar Ruiz (1829-1865), Felipe Berriozábal (1829-1900) y Porfirio Díaz (1830-1915), quien todavía estaba a varios años de convertirse en presidente de México por primera vez. Por su parte, en la cuarta estrofa se hace referencia a la reivindicación de autonomía que, en 1863, Luis Napoleón Bonaparte ofreció a Polonia, entonces bajo el yugo del Imperio Ruso, llegando a afirmar incluso que Francia estaba dispuesta a declarar la guerra a Rusia para lograr la constitución de un reino polaco independiente. Sin embargo, ni los círculos militares ni los círculos económicos franceses respaldaron el ofrecimiento de Napoleón III, por lo que este tuvo que tragarse sus palabras y retirar su apoyo a los polacos. Este vergonzoso hecho sirve para dar origen a la dura reflexión de la quinta estrofa (¿qué se puede esperar de quien es capaz de ilusionar a un hermano en desgracia y luego retirar la mano que le había tendido?), en que se compara esta indigna acción con las ruindades y bajezas que en la época era costumbre achacar a la controvertida orden religiosa de los jesuitas para explicar su enorme poder financiero y político. Finalmente, en la combativa sexta estrofa se hace mención al breve Segundo Imperio mexicano, formado a partir de la segunda intervención francesa y en el cual el archiduque austriaco Maximiliano de Habsburgo (1832-1867) fungió como emperador de México hasta su derrota y posterior fusilamiento en Querétaro por las tropas republicanas de Benito Juárez, al mando de Mariano Escobedo. Para concluir, la estrofa lanza una última advertencia: siempre habrá valientes liberales (recordemos que prácticamente todas las figuras que pusieron alto a la intervención francesa y al imperio de Maximiliano pertenecieron al Partido Liberal mexicano, fundado en 1822) que defiendan a nuestro país de los invasores que quieran vulnerar nuestra libertad, una de las consignas legadas por Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811) como parte de la identidad de México.

Himno Patriótico Yucateco

Coro

Al grito de guerra despierta el valor
Y el aire se inunda con bélico son.
Haced compatriotas que truene el cañón,
Lloviendo metralla sobre el invasor.
El cinco de mayo nos preste su sol
Que eclipsa la estrella de Luis Napoleón.
El mundo nos mira con admiración
Y a México envidia su claro blasón.

Estrofa I

Vino el águila esclava de Europa
Sancionando la infamia con balas
Y regresa arrastrando las alas
Con escarnio y vergüenza a la vez.
El altivo cóndor del Anáhuac
Le dejó los palacios y reales,
Desafióla en los rudos nopales
Y postróla humillada a sus pies.

Coro

Al grito de guerra despierta el valor
Y el aire se inunda con bélico son.
Haced compatriotas que truene el cañón,
Lloviendo metralla sobre el invasor.
El cinco de mayo nos preste su sol
Que eclipsa la estrella de Luis Napoleón.
El mundo nos mira con admiración
Y a México envidia su claro blasón.

Estrofa II

De los vírgenes bosques aztecas
Con el iris flotante en sus cumbres
Se exhalaban mortíferas lumbres
Entre el eco del bronce tronar.
Reflejados en lagos de sangre
Que bogaba el indígena Juárez,
Al tocarlos alzaba a millares
Héroes santos a quien inmolar. 

Coro

Al grito de guerra despierta el valor
Y el aire se inunda con bélico son.
Haced compatriotas que truene el cañón,
Lloviendo metralla sobre el invasor.
El cinco de mayo nos preste su sol
Que eclipsa la estrella de Luis Napoleón.
El mundo nos mira con admiración
Y a México envidia su claro blasón.

Estrofa III

Los primeros soldados del mundo
Con los brazos caídos e inertes
Confesaron que solo son fuertes
Los que luchan por patria y hogar.
Zaragoza, Escobedo y Arteaga,
Salazar, Berriozábal y Díaz,
Cuyos nombres la fama proclama
Han sabido la patria vengar.

Coro

Al grito de guerra despierta el valor
Y el aire se inunda con bélico son.
Haced compatriotas que truene el cañón,
Lloviendo metralla sobre el invasor.
El cinco de mayo nos preste su sol
Que eclipsa la estrella de Luis Napoleón.
El mundo nos mira con admiración
Y a México envidia su claro blasón.

Estrofa IV

¡Libertad! ¿Por qué alejas de Francia
Tus encantos, tu noble hidalguía
Y juguete de vil tiranía
Da a los pueblos ilustres que reír?
Arrastrada al suplicio Polonia
Le tendió suplicante la mano;
Escuchó sus lamentos en vano
E indolente la dejó morir.

Coro

Al grito de guerra despierta el valor
Y el aire se inunda con bélico son.
Haced compatriotas que truene el cañón,
Lloviendo metralla sobre el invasor.
El cinco de mayo nos preste su sol
Que eclipsa la estrella de Luis Napoleón.
El mundo nos mira con admiración
Y a México envidia su claro blasón.

Estrofa V

Quien así abandona a una hermana,
¿Podía a México hacer caridades?
Tan rastreras, tan ruines maldades
Un jesuita las debe inspirar.
Ya no se una robar con descaro
E imponer al más débil el yugo;
Hoy la víctima paga al verdugo
Y aún le debe el favor estimar.

Coro

Al grito de guerra despierta el valor
Y el aire se inunda con bélico son.
Haced compatriotas que truene el cañón,
Lloviendo metralla sobre el invasor.
El cinco de mayo nos preste su sol
Que eclipsa la estrella de Luis Napoleón.
El mundo nos mira con admiración
Y a México envidia su claro blasón.

​Estrofa VI

¿De qué sirve a la Francia y al Austria
El haberse llevado nuestro oro
Si perdieron en timbre y decoro
Cuanto México en gloria ganó?
Si desean alfombrar con laureles
Los desiertos de México, vengan;
Liberales habrá que defiendan
La consigna que Hidalgo legó.

Desafortunadamente no nos ha sido posible encontrar una grabación completa del himno de Yucatán, y la calidad de la única disponible (que solo abarca el coro y la primera estrofa) dista mucho de ser óptima. Sin embargo, nos parece más que suficiente para que el amable lector se haga una idea general del que es el primer himno estatal de la República Mexicana.

https://www.youtube.com/watch?v=CzU-Xduiqhc

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