El finado director letón, Mariss Jansons (1943-2019) destacó en el repertorio romántico tardío. Sus grabaciones en vivo de las sinfonías de Anton Bruckner son testimonio de su maestría.
Durante los últimos años de su vida fue el director principal de dos de las grandes orquestas del mundo: el Concertgebouw de Amsterdam y la Orquesta de la Radio de Baviera, con sede en Munich. Con el conjunto de Baviera grabó en concierto las sinfonías 3, 4, 6, 7, 8 y 9, entre 2005 y 2017; hoy, reunidos en un estuche de BR-Klassik, representan un gran tributo a la excelencia de Jansons.
Hasta cierto punto, Bruckner renovó el concepto sinfónico de Beethoven (como lo hizo Brahms) buscando y desarrollando nuevos métodos para revivir el género. Desde un principio, Bruckner se apoyó en el concepto de la gran orquesta, y en vez de entrelazar los grupos de instrumentos, optó por separarlos o bien unirlos por pares como registros de órgano pues como organista estaba muy familiarizado con este efecto.
Su experiencia como músico de iglesia, le había significado un contacto estrecho con variados elementos de la música barroca que fluyen en sus sinfonías.
En cuanto a desarrollo dramático, la preferencia de Bruckner se inclina hacia Schubert de quien aprendió la continuación orgánica y el tejido continuo de temas lo cual también explica la extensión sin precedente – hasta entonces – de sus sinfonías.
En sus grabaciones, Jansons siguió fielmente todas las anotaciones de Bruckner y, al escuchar estas interpretaciones con partitura en mano, queda clara la atención que le dedicaron el director y los músicos de su orquesta.
Bruckner: Sinfonías 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9, Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks, Mariss Jansons, director. Sello BR-Klassik.
Fuente: The Guardian, Londres.
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