Una de las figuras más prominentes de la dirección orquestal del siglo XX por su potente impulso y ambiciosas perspectivas, Solti nació en Budapest el 21 de octubre de 1912. Recibió educación musical en la Academia Franz Liszt, con Dohnányi, Zoltan Kodaly y Bela Bartok, demostrando desde temprana edad su extraordinaria habilidad; para muestra, a los 18 años ya era asistente en la ópera de la capital húngara.
En 1936-37 asistió a Arturo Toscanini en el Festival de Salzburgo. El encuentro sería decisivo para templar la personalidad del gran director en que se convertiría. A pesar de la escisión que supuso la Segunda Guerra Mundial, durante la cual se refugió en Zurich, Solti se dedicó con bastante éxito al piano; En 1942 consiguió el primer premio en el Concurso Internacional de Ginebra.
Bartók – Concierto para orquesta
La carrera del Solti director inicia después de calladas las armas, en las orquestas de Munich (1947-1951) y Frankfurt (1952-1961), desde donde pasa al Covent Garden de Londres. Ahí realizaría una importantísima tarea de renovación hasta 1971. Veinte años antes había montado Idomeneo y otros títulos de Mozart en Salzburgo, y al comenzar la década de los sesenta registra su primera versión de la tetralogía wagneriana: el director operístico se suma así al sinfónico para formar un todo indivisible en constante interrelación de ambos géneros.
Cabe resaltar que uno de los valores definitorios del arte de Solti fue el de su inteligente y expresiva explotación de los registros sonoros, en los que alcanzaría un nivel tan esplendoroso como natural, del que no había entonces más antecedente que el de Leopold Stokowski.
Verdi – La Traviata (Acto 1, “Preludio”)
En 1969 asume la dirección de la Sinfónica de Chicago, primerísima agrupación estadounidense, en cuyo podio permanece hasta 1991. Ello no le impide aceptar durante algunos periodos la dirección de la Orquesta y la Ópera de París. Nuevo capítulo: la titularidad de la Filarmónica de Londres. En 1983 dirige en Bayreuth la Tetralogia. A la muerte de Karajan, Solti asume la dirección del Festival de Pascua de Salzburgo y, por supuesto, prosigue su continua labor en el mundo de la música grabada. “Yo vine a este mundo para ser director de orquesta, de fábrica o de colegio, pero director”, dijo alguna vez.
Mozart – Requiem
Sin ser un especial beato de la contemporaneidad, Solti tampoco eludió la música y los autores de su tiempo, desde Boris Blacher, Von Einem, Rolf Liebermann o André Pafnufnik hasta Lutoslawsky, Werner Henze, Tippet, Gilbert Arny o Iannis Xenakis.
Fuente: El país
Entrevista con Charlie Rose
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