Por José Antonio Palafox
La siguiente composición de Steve Reich, Music for a Large Ensemble (1978), posee una estructura de “alargamiento” similar a la presente en Music for Mallet Instruments y Music for 18 Musicians. Con una colorida alineación consistente en marimbas, vibráfonos, xilófonos, pianos, voces, cuerdas, clarinetes, flautas, saxofones y trompetas, la pieza se divide en cinco secciones ordenadas de forma simétrica. Cada una inicia con una breve frase musical que se “estira” gradualmente hasta formar una especie de “colchón” melódico sobre el que se desarrollan líneas melódicas producidas por los violines y los clarinetes. En determinado momento, las frases musicales originales empiezan a “reducirse” hasta volver a su duración original. Una vez que cada ciclo de “expansión-contracción” concluye, hay un cambio de clave que marca el inicio de un nuevo ciclo. Del mismo año es Octet, una elegante pieza para varios instrumentos que consiste en largas líneas melódicas formadas por figuras musicales más pequeñas extraídas de un “colchón” sonoro producido por dos pianos. En 1983 esta obra fue “rediseñada” para orquesta con el nombre de Eight Lines.
En la misma línea de exploración del “estiramiento” sonoro a partir de una progresión armónica simple se encuentra Variations for Winds, Strings and Keyboards (1979). En ella, una sucesión de acordes se repite sucesivamente tres veces, y cada repetición se ve adornada con elaboradas líneas melódicas, ritmos complejos y una incesante variación tímbrica que produce una textura sonora heterogénea similar a la de los cantos litúrgicos hebreos. Esta obra es fruto temprano del cada vez más profundo interés de Steve Reich por la religión judía, que incluso lo llevó a viajar a Israel para estudiar la forma ritual cantada con que se leen los textos sagrados en las sinagogas, llamada cantilación. Su acercamiento a esta técnica interpretativa de la música sacra hebrea dio como resultado Tehillim (1981), una brillante obra de naturaleza vocal que desde el título —tehillim es la palabra hebrea para referirse a los salmos— evoca fuertemente las tradiciones judías. Cada una de sus cuatro partes está basada en un salmo bíblico distinto, cantado en hebreo, y aunque la base rítmica proporcionada por las percusiones es constante y establece una marcada síncopa, Reich se concentra totalmente en la musicalidad propia del lenguaje, subordinando la métrica de las distintas secciones melódicas al ritmo de las palabras. A partir de ese momento, el estilo compositivo de Steve Reich empieza a dejar de ser sistemático para volverse cada vez más personal.
Steve Reich: Tehillim / Insomnio y Synergy Vocals, dirige Ulrich Pöhl
Con Vermont Counterpoint (1982), el compositor retoma su ciclo de obras en las que un solista se enfrenta “en vivo” a capas sonoras pregrabadas en cinta magnética y repetidas en loops que van perdiendo sincronía. Esta es una pieza para flauta y cinta magnética en la que el solista tiene que grabar previamente diez pistas: tres con flauta contralto, tres con flauta soprano, tres con flautín y una con los tres instrumentos juntos. Después, deberá interpretar “en vivo” una undécima parte que se integre de manera totalmente armónica al rico entramado sonoro producido por las pistas pregrabadas.
A la par, el interés de Steve Reich por la riqueza melódica de las palabras (ahora del idioma inglés) llegó a uno de sus puntos más altos en The Desert Music (1984), monumental cantata para coro y orquesta basada en un poema del escritor estadounidense William Carlos Williams. En ella exhibe un soberbio despliegue instrumental y vocal que da como resultado exuberantes texturas sonoras bastante alejadas de la austeridad propia de sus primeros trabajos minimalistas. The Desert Music se divide en cinco movimientos, de los cuales el primero y el quinto comparten la misma estructura, el segundo y el cuarto comparten la misma progresión armónica, y el tercero posee su propia simetría interna, comenzando y terminando con el mismo texto.
Steve Reich aumenta aún más la dificultad interpretativa de su serie contrapuntística con New York Counterpoint (1985). Se trata de una desafiante pieza en tres partes para clarinete “en vivo” y 12 pistas pregrabadas, nueve de ellas con clarinete en si bemol y tres con clarinete bajo, en la que la respiración del intérprete marca no solo la longitud de cada acorde, sino también la mayor o menor intensidad del sonido a lo largo de toda la obra. Del mismo año es Sextet, interesante ampliación de la exploración de las posibilidades sonoras de los instrumentos de percusión en la que Reich utiliza nuevamente instrumentos de percusión tocados con macillo (marimbas y vibráfonos, por ejemplo) para producir complejas texturas rítmicas y melódicas que son métricamente ambiguas, pero en esta ocasión envueltas en largos tonos sostenidos conseguidos al frotar arcos de violín en los vibráfonos, y con un espectro tímbrico mucho más amplio conseguido gracias a la inclusión de dos sintetizadores, dos pianos, un bombo y un tam-tam.
Steve Reich: Sextet / Ensamble de Percusiones de la Orquesta Sinfónica de Londres
En 1986 Steve Reich compuso Three Movements for Ochestra, una de sus escasas piezas para orquesta “estándar”. En ella, el compositor reorganiza a los intérpretes sobre el escenario de una manera muy particular con el objetivo de estratificar las densas texturas musicales y dar a cada uno de los patrones rítmicos de las líneas melódicas que conforman la obra un sentido de independencia. Al año siguiente el compositor amplió su ciclo contrapuntístico con Electric Counterpoint (1987), una pieza para guitarra eléctrica y cinta magnética en la que el intérprete debe pregrabar diez pistas con guitarra eléctrica y dos con bajo eléctrico para luego tocar “en vivo” con ellas y crear un peculiar efecto sonoro que se debe a la homogeneidad del sonido de todas las guitarras eléctricas tocando simultáneamente diferentes figuras musicales en una especie de canon con ritmo variante, mientras la reverberación de los bajos eléctricos proporciona un soporte armónico.
Steve Reich: Electric Counterpoint / Mats Bergström (guitarra eléctrica)
También de 1987 es The Four Sections, otra de sus raras composiciones para orquesta “tradicional”. Los movimientos de esta obra están estructurados alrededor de las cuatro secciones en que se divide una orquesta —cuerdas, maderas, metales y percusiones— y poseen una curiosa unidad simétrica. De esta manera, el primer movimiento es un extenso y dramático canon para cuerdas con acompañamiento de maderas y metales; el segundo es un impetuoso tango para percusiones; el tercero es una especie de movimiento “inverso” del primero, ahora para maderas y metales con acompañamiento de cuerdas; y el cuarto unifica todas las secciones en un colorido y dinámico cuerpo armónico.
En 1988 Steve Reich compuso la que tal vez sea su obra más conocida: Different Trains. En esta interesante y perturbadora pieza para cuarteto de cuerdas y cinta magnética, el compositor recurre nuevamente al uso de voces pregrabadas, pero esta vez con un objetivo melódico, ya no rítmico, mientras que los instrumentos imitan y desarrollan las variaciones melódicas producidas por la palabra hablada. Different Trains narra —de una manera muy sui generis— su percepción personal de la Segunda Guerra Mundial por medio de tres “viajes” sonoros en tren: en el primero, “América, antes de la guerra”, Reich utiliza las voces grabadas de su niñera y de un revisor de trenes como medio de evocación de su infancia; en el segundo, “Europa, durante la guerra”, utiliza las voces de tres sobrevivientes de los campos de concentración que narran sus horribles experiencias; en el tercero, “Después de la guerra”, unifica todas las grabaciones para afirmar el terrible impacto emocional de la experiencia sobre el recuerdo.
Steve Reich: Different Trains / Sound Intermedia y solistas de la London Contemporary Orchestra
Comentarios