El Cuarteto Latinoamericano continúa su misión de descubrir música de cámara olvidada, relegada y desconocida en la actualidad. Ahora ha tocado el turno a los cuartetos para cuerda del destacado compositor español de zarzuelas y óperas, Ruperto Chapí (1851-1909).
“Cultivador del género operístico italianizante (Las naves de Cortés, 1874; Las hijas de Jefté, 1876; Roger de Flor, 1878; La serenata, 1881; Circe, 1902; y Margarita la tornera, 1909) es, sin embargo, en sus zarzuelas “grandes” – La tempestad, 1881; La Bruja, 1887; El rey que rabió, 1891; Curro Vargas, 1898 – así como en sus piezas para el llamado “género chico” – El tambor de granaderos, 1894; Las bravías, 1896; La revoltosa, 1897; El puñao de rosas, 1904; La patria chica, 1907 – en las que se encuentran con mayor claridad y altura los momentos más excepcionales de Chapí como compositor lírico. En realidad sus zarzuelas son mucho más operísticas y espontáneas que las primeras enumeradas. A sus dotes de eficaz instrumentador – hecho insólito entre los músicos españoles de su época dedicados al subgénero – hay que unir un metodismo inconfundible y un olfato natural de hombre de teatro siempre válido”. (José María Martín Triana, Libro de la ópera, Madrid, Alianza Editorial, 1987). El proyecto del Cuarteto Latinoamericano es grabar los cuatro cuartetos de Chapí. Ha salido el primer CD con los Cuartetos no. 1 y 2 (sello Sono Luminus, 2015) y en un segundo CD se avocarán a los números 3 y 4.
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