Poema de Eusebio Ruvalcaba (1951-2017), dedicado a Fernando Domínguez
El clarinete
Sólo quienes tienen una deuda
con el paraíso
han compuesto música para él.
Sólo quienes gustan de abrevar
del agua contenida en las nubes
componen música para clarinete.
Mozart y Brahms,
Reger y Gutiérrez Heras,
Bernstein y Copland,
han convocado al clarinete
en sus momentos de congoja y desconsuelo,
o en sus momentos de algarabía.
El clarinete recuerda las esculturas
que Michelangelo Buonarroti no concluyó.
Ese sonido que insinúa más que declara.
Que acaricia más que penetra.
en particular el de Brahms y el de Mozart –
son pedazos de cielo
que caen estrepitosamente a nuestro alrededor.
Publicado en la revista pauta, núm.125, enero-marzo de 2013.
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