Para festejar nuestro décimo aniversario, lo invitamos a compartir una sorprendente oferta de creaciones musicales que por coincidencia portan el número diez. ¡Gracias por acompañarnos!
En latín, la palabra opus significa “obra”. Seguida de un número, se utiliza para clasificar obras musicales en función de su fecha de escritura o de publicación. La elaboración de un catálogo por número de opus responde a la voluntad del propio compositor o de su editor. Este uso aparece en el siglo XVII, pero fue sobre todo a partir del XVIII cuando se generalizó con el desarrollo de la edición y el nacimiento del derecho de autor.
Durante el siglo XIX, en pleno Romanticismo, el Opus 10 de varios insignes compositores coinciden en ser magnas obras para piano. Hay cuatro ejemplos notables que a continuación te presentamos.
Las tres sonatas op. 10 de Beethoven son obras tempranas de su legendario ciclo. Se caracterizan por una escritura casi sinfónica, propia del primer Beethoven. Todavía se nota en estas sonatas la influencia de Haydn y el cobijo estético del Sturm und drang literario, que tanto tocó a los compositores del final del siglo XVIII e inicios del XIX.
Beethoven: Sonatas op. 10, nos. 1, 2 y 3
Sonata para piano op. 10, no. 1
Vadim Chaimovich, piano
Sonata para piano op. 10, no. 2
Philip Edward Fisher, piano
Sonata para piano op. 10, no. 3
Tiffany Poon, piano
El primer conjunto de los portentosos Etudes de Chopin tiene esta misma clasificación. La composición de los estudios abarcó un período de ocho años; El Opus 10 apareció en 1833, y un nuevo conjunto, el Opus 25 en 1837. Se compusieron tres Etudes más en 1839. Robert Schumann (nacido el mismo año que el compositor polaco, en 1810), anunció a Chopin con las palabras imperecederas: “Me quito el sombrero, caballeros, es un genio”, dijo: “He tenido la fortuna de escuchar la mayoría de los Etudes tocados por el propio Chopin y muy a su manera, vaya que los tocó!”
Chopin: Etudes op. 10
Maurizio Pollini, piano
El propio Schumann tiene un Opus 10 de gran envergadura. Se trata de los 6 Estudios de concierto a partir de Capriccios de Paganini. Schumann escribió dos conjuntos de estudios basados en los famosos Capriccios de Niccolo Paganini, Op. 3 y Op. 10. La segunda suite fue compuesta con un énfasis en el virtuosismo y en una sensibilidad musical exquisita. Los fanáticos de Paganini apreciarán cuán cerca se mantuvo Schumann de la música original.
Schumann: Études de concierto a partir de los Capriccios de Paganini, Op.10
Jörg Demus, piano
Finalmente, llegamos a un personaje de quien Schumann fue mentor, Johannes Brahms. El Opus 10 de Brahms se integra de cuatro baladas para piano de una grandísima factura lírica, para un jóven de apenas veintiún años. A diferencia de las Ballades de Chopin, las de Brahms son obras más sobrias e incluso íntimas. La primera de ellas, quizá la más conocida, está basada en el poema escocés Edward, que se encuentra en la colección Stimmen der Völker in ihren Liedern compilada por Johann Gottfried Herder.
Brahms: Baladas op. 10
Alfred Brendel, piano
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