La semana pasada falleció el compositor mexicano Armando Luna Ponce (Chihuahua, 1964 – Ciudad de México, 2015).
Armando Luna Ponce nació en la ciudad de Chihuahua en 1964. Desde muy joven inició su formación musical con Juan Manuel Medina Díaz. En 1980 se trasladó a la Ciudad de México para ingresar al Conservatorio Nacional de Música, bajo la tutela de los maestros Salvador Jiménez y Gonzalo Ruiz.
Más tarde, el maestro Mario Lavista lo recibió en su taller de composición. De 1989 a 1991 fue becado por la Universidad Carnegie Mellon, de la ciudad de Pittsburgh, para cursar la maestría en composición bajo la guía del compositor español Leonardo Balada. Asimismo, tomó cursos con Reza Vali y Lukas Foss.
Luna Ponce fue compositor residente de la Orquesta Sinfónica Carlos Chávez y de la Orquesta Sinfónica Nacional. A la fecha se han editado varias grabaciones de piezas de su autoría, entre los que sobresale un álbum del Dúo Sondos con la totalidad de su obra para dos arpas. Dentro del disco Invocaciones del ensamble mexicano Dúo México con Brío (la flautista Evangelina Reyes y la pianista Camelia Golia) se incluyen sus seis fantasías para flauta y piano.
Como docente fue titular de las cátedras de composición, análisis, armonía e instrumentación del Conservatorio Nacional de la Música y del Conservatorio del Estado de México. Entre sus influencias más destacadas se encuentran Franz Joseph Haydn, Béla Bartók y Frank Zappa.
Sus obras han sido interpretadas en renombrados foros nacionales e internacionales, como el Festival Internacional Cervantino y World Music Days.
Entre sus obras más representativas se encuentran Sonata de cámara núm. 5, Pasatiempo concertante, Concierto para piano y orquesta, Concierto para viola y orquesta, Concierto para dos arpas y orquesta, Tiliches para 4 guitarras, Sonata núm. 1 para guitarra y 3 Travesuras opus 9 para piano y graffiti, entre muchas otras.
Elegía, una de sus piezas para orquesta más importantes, es un canto fúnebre a la memoria de su padre. La obra es ecléctica, pero formal, dotada de una gran tristeza que conduce a quien la escucha por un cúmulo de sensaciones.
Fue jurado del Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez y de diversos programas del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
Hace menos de un año, el 1 de julio de 2014, el maestro Armando Luna Ponce estrenó exitosamente su Concierto núm. 2 para piano y orquesta en el Conservatorio Nacional de Música, y al respecto señaló en entrevista:
“La música debe trasmitir la identidad de lo que es un compositor. Me gusta incluir todo tipo de géneros, desde música popular, medieval y vernácula, hasta blues, huapangos y polkas. Todo esto es como si lo licuara para crear mi propia expresión.
“Eso va a desembocar en un aquelarre, la reunión de brujas y demonios que crean una especia de orgía musical. Tiene ciertos tintes tímbricos que denotan la cuestión chillona de algunas brujas de caricatura. Básicamente, los demonios tratan de arrastrarme y las brujas me golpean”, explicó.
Armando Luna afirmó con sinceridad: “Toda la cuestión diabólica siempre me ha llamado la atención. El bien y Dios es, para mí, uno solo. La muerte no es tristeza, sino alegría”.
Señaló que la música de su último concierto estrenado “contiene muchos elementos contemporáneos, tanto de sonoridad como de técnica y teoría, pero en realidad soy más bien un músico con la sensación de Silvestre Revueltas. Veo que he logrado una mezcla afortunada de elementos totalmente contemporáneos (…) Cada compositor tiene su propia manera de escribir música, escribe lo que él es y lo que tiene”.
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