I Played, I Danced de Imants Kalniņš

La obra I Played, I Danced fue escrita durante la Primera Guerra Mundial. Su autor, el poeta y dramaturgo Rainis.

Por Música en México Última Modificación febrero 4, 2020
Ópera y Ballet Nacionales de Letonia

Tots – Raimonds Bramanis
Lelde – Marlene Keine
Demonio – Janis Apeinis
Lord – Krišjānis Norvelis
Ciego – Rihards Machanovsky
Bruja – Ilona Bagele
Cojo – Rinalds Kandalincevs
Zemgus – Juris Adamsons
Mole Cricket – Laura Grecka
Madre de Lelde – Evia Martinson
Madre de Zemgus – Angela Goba
Capataz – Guntars Hogwarts
Imp – Mikhail Chulpayev
Pegleg – Kalvis Kalniņš

Orquesta de la Ópera Nacional de Letonia

Música – Imants Kalniņš
Libreto – Imants Ziedonis, después de una obra de Rainis
Concertador – Martins Ozolinš
Escena – Laura Groza-Kiber
Escenografía – Michael Fisher
Vestuario – Kristin Pasternak
Iluminación – Oskars Paulinš
Coreografía – Rudolfs Gedinš
Dramaturgia – Evarts Melnalksnis

5 cosas que hay que saber sobre I Played, I Danced

1. Rainis: poeta y político

La obra I Played, I Danced fue escrita durante la Primera Guerra Mundial. Su autor, el poeta y dramaturgo Rainis (1865 – 1929) es considerado la figura más influyente en la literatura letona e incluso se le conoce como el “Goethe letón”. También es considerado como el padre del socialismo en ese país, Rainis fue arrestado y deportado en 1897 por pugnar por reformas sociales. Habiendo desempeñado un papel instrumental en la fallida revolución de 1905, Rainis tuvo que emigrar a Suiza.

A raíz de la Primera Guerra Mundial, Rainis puso su teatro al servicio de sus compatriotas, combinando personajes de la mitología letona con los problemas políticos de su tiempo. En I Played, I Danced, evoca la ocupación de Letonia al dramatizar la resurrección del Lord, que reprime al pueblo letón. El personaje central, Tots, se zambulle en el inframundo para traer de vuelta a la novia Lelde, que simboliza a Letonia, de las garras de la muerte.

2. Los días de Imants

Considerado como un símbolo de la escena artística antisistema letona, el compositor Imants Kalniņš es tan popular como subversivo. El festival dedicado a su música, titulado “Los días de los Imants”, fue totalmente prohibido por el estado soviético. A pesar de haber estudiado música clásica, Imants Kalniņš se hizo famoso como músico de rock y compositor de la primera ópera de rock en la URSS, Hey, you there! Durante la década de 1970, volvió a escribir música sinfónica nuevamente.

En 1977, Kalniņš puso la música de la obra I Played, I Danced. En la ópera, los espectadores pueden escuchar reminiscencias folklóricas de la música tradicional letona mezclada con el lenguaje musical elaborado y ornamental de Kalniņš. La revista de música letona Mūzikas Saule llama a la ópera “la obra más magnífica del maestro”.

3. Actualizando la ópera para un público contemporáneo

La destacada directora letona Laura Groza-Ķibere saca a relucir la energía salvaje de la ópera en la producción de la Ópera y el Ballet de Letonia y plantea muchas preguntas. ¿Las ideas de Rainis siguen siendo relevantes hoy? ¿Debería uno luchar contra los demonios del pasado para animar una nueva visión para el futuro?

Groza-Ķibere está decidida a encontrar una analogía contemporánea: ‘Cuando Rainis escribió esta obra durante la guerra, no podía haber imaginado que Letonia sería alguna vez libre, aunque lo soñó y lo codificó en la imagen de Lelde. En la década de 1970, Imants Kalniņš y el libretista Imants Ziedonis discutían lo mismo. Estaba bastante claro quién era el enemigo externo y que el país finalmente era nuestro, a pesar de su ocupación”.

4. El infierno es un ambiente radicalmente nacional

Dado el subtexto de la ópera, la lucha letona por la independencia, el punto de partida de la producción de un simbolismo nacional es controvertida. No obstante, la directora afirma que la visión de Kalniņš no está estancada en categorías nacionales, simplemente emplea el simbolismo letón. El propio Rainis quería construir un nuevo país utilizando la experiencia adquirida en el exilio en lugar de cerrar las fronteras.

“Por eso el infierno se define en nuestra producción como un entorno radicalmente nacional”, dice Groza-Ķibere, “sería un infierno para mí, como ciudadana y patriota letona, venir a un país donde las fronteras se cerrarían y se nacionalizarían, esta producción puede verse como una poderosa crítica de la búsqueda imposible de la autenticidad. En el Acto II, en particular, muestra la ironía de mercantilizar el folklore.”

5. El castillo de Riga está ardiendo

Al comienzo del Acto I, la escena de I Played, I Danced se ve ensombrecida por las paredes del castillo de Riga. Durante la ceremonia de la boda, las cuerdas del kokle de Tots se rompen y se produce un incendio que envuelve el castillo. Para una audiencia letona, los eventos inevitablemente traen vívidos recuerdos del incendio que estalló en la noche del solsticio de Verano en 2013. Al igual que el incendio de la catedral Notre-Dame de Paris, ocurrió durante los trabajos de renovación.

La puesta describe cuán negligente se ha convertido la sociedad en la salvaguarda de su patrimonio recuperado. Como reflejo de la vida real, en el Acto III, los trabajos de reconstrucción han comenzado y las madres relatan los eventos de la noche anterior. “En un momento en que nadie amenaza, en el corazón de la Antigua Riga, el símbolo de Riga quemó la evidencia de la historia de este país, que nos identifica como nación”, afirma Groza-Ķibere.

Fuente: Opera Vision

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