En el Centro Cultural Universitario, a unos pasos de la Sala Nezahualcóyotl, se puede visitar un edificio que alberga dos recintos de gran importancia para la vida cultural de la Ciudad de México, la Sala Miguel Covarrubias y la Sala Carlos Chávez. En la primera se presentan espectáculos de danza en su mayoría, aunque ocasionalmente, la Dirección General de Música de la UNAM realiza producciones operísticas, mientras que la segunda es una de los mejores lugares que existen en la ciudad para escuchar música de cámara.
Por tratarse de una sala pequeña y construida ex profeso, cada uno de los 171 asistentes puede ver y escuchar a los músicos sin obstáculos; la distancia del asiento más alejado al escenario es 13 metros, por lo que resulta perfecta para lograr el ambiente íntimo y cálido que hace de un concierto de música de cámara una de las experiencias más gratificantes a las que un melómano puede aspirar.
Quienes se presentan en la Sala Carlos Chávez son, en su mayoría, músicos profesionales, muchos de los cuales son integrantes de las más importantes orquestas del país. También resulta común que los solistas internacionales invitados por la Orquesta Filarmónica de la UNAM a participar en sus temporadas regulares, ofrezcan recitales en este pequeño auditorio, lo que permite a los espectadores apreciar de una forma mucho más cercana y directa las habilidades que los han hecho famosos en todo el mundo. Asimismo, representa un espacio para estudiantes y artistas recién egresados que se ofrecen conciertos y recitales dentro del ciclo Jóvenes Talentos que organiza la Universidad.
Debido a la gran importancia que tiene esta sala para las labores de difusión cultural de la UNAM, se eligió el nombre de uno de los más personajes mexicanos más destacados del siglo XX. Carlos Chávez fue mucho más que un compositor. Fundó la Orquesta Sinfónica de México en 1921, que habría de transformarse en la actual Sinfónica Nacional. En 1947, se convirtió en el primer director del recién creado Instituto Nacional de Bellas Artes, que permitió la consolidación del quehacer artístico y cultural de México.
Su energía inagotable le permitió tener una carrera internacional como director de orquesta y profesor universitario. Por si no fuera suficiente esta intensa actividad, en su faceta de compositor, su catálogo es muy extenso e incluye numerosas obras para piano, canciones de concierto en varios idiomas, cuartetos de cuerda y otros ensambles de cámara, varios ballets, una ópera y seis sinfonías. Estrenó algunas de sus obras más importantes en el extranjero —entre las que destaca su Sinfonía no. 2, India, interpretada por primera vez en Nueva York por la Orquesta Sinfónica de la CBS en 1935, bajo la batuta del propio autor—, con lo que colocó a México en un primer plano internacional. Es por todo esto que Carlos Chávez ha sido considerado sin duda alguna uno de los músicos más trascendentes para la vida cultural de México.
Fuente: Rafael Torres Mercado para Música UNAM
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