Música de Jalisco: tradición llena de mariachi, sones y jarabes

Dos géneros musicales son característicos del estado de Jalisco, entidad localizada en la región centro-occidental de México: el son y el jarabe.

Música de Jalisco
Por Música en México Última Modificación marzo 11, 2020

Dos géneros caracterizan la música de Jalisco, entidad localizada en la región centro-occidental de México: el son y el jarabe.

El son jalisciense: baile, coplas y tradición oral

El son jalisciense es una pieza de armonía rítmica que combina partes cantadas con otras instrumentales que se bailan en pareja, en forma de zapateado. Su temática es costumbrista, y su duración depende de la cantidad de coplas que los intérpretes decidan agregarle. El hecho de que muchas coplas no se hayan escrito y que su difusión a través del tiempo sea mayormente “de oído” ha tenido como resultado que podamos encontrar distintas versiones de un mismo son en la música de Jalisco.

Entre los sones jaliscienses más famosos se encuentran Las Alazanas, Las copetonas, El carretero, La botella, El caballito, El durazno, La culebra (son que destaca por la belleza de su coreografía, en la que se representa a un grupo de campesinos que acuden a defender a sus mujeres, asustadas por un nido de culebras. Al principio los campesinos alejan el peligro con sus sombreros, pero al final son mordidos por las culebras y mueren entre los brazos de las mujeres).

Las Alazanas

Por supuesto, La Negra (tal vez el son más célebre no solo en México, sino a nivel mundial. Su origen se remonta a principios del siglo XIX, aunque fue a partir de su inclusión en los Sones de mariachi de Blas Galindo, en 1941, que adquirió proyección internacional. Algunos estudiosos ubican Jalisco, Colima o Zacatecas como su lugar de procedencia, y apenas hace unos años se decidió que es una canción de amor dedicada a Albina Luna Pérez, alias La Negra, una bella mujer originaria de Tepic, Nayarit). 

Son de La Negra

El jarabe: género con fuerte arraigo cultural

Por su parte, el jarabe es una especie de suite musical formada por varios sones y aires. Su antecedente directo es el jarabe gitano, proveniente de Andalucía, y su nombre también ha sido objeto de sesudas controversias. Por ejemplo, el musicólogo Vicente Teódulo Mendoza (1894-1964) suponía que podía estar relacionado con el charape (del purépecha charapi). La cual es una bebida tradicional de Michoacán hecha con pulque y piloncillo. Mientras que Jas Reuter (1934-1986) proponía que podía derivar, por analogía, del famoso medicamento elaborado con una mezcla de varios ingredientes, cuyo origen etimológico es la palabra árabe xarabe o šarāb.

Música tradicional de Colima

Incluso hay quien opina que podría tratarse de un uso mal escuchado de la palabra sarao (con que se denominaba a los bailes populares nocturnos). Cualquiera sea el origen de la palabra, lo cierto es que hay varios tipos de jarabes (ranchero, de taberna, zamarripeño, indígena) y que, además de Jalisco, se le puede encontrar en Nayarit, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Michoacán, Guerrero y Zacatecas, con instrumentaciones y sucesión de melodías que cambian según la región.

música de Jalisco

Entre los jarabes representativos de Jalisco se encuentran El gorrión (el jarabe más antiguo de que se tiene noticia, data de finales del siglo XVI), El gallito, El jarro, La lloviznita y, por supuesto, el Jarabe Tapatío, que tiene su origen a mediados del siglo XIX. Compuesto inicialmente de seis aires que con el tiempo se convirtieron en nueve, el Jarabe Tapatío se caracteriza por una sobria coreografía en la que los danzantes deben trazar —sobre una superficie muy limitada— rápidas figuras únicamente con los pies, obligando al resto del cuerpo a permanecer inmóvil.

La temática de este jarabe es el cortejo del hombre (vestido de charro) a la mujer (vestida de china poblana). Al principio ella se resiste, pero el caballero insiste una y otra vez, colocando su sombrero de charro en el suelo. Al final la dama cede y acepta el sombrero, lo recoge y tapa con él los rostros de ambos para impedir que el público indiscreto sea testigo de lo que ocurrirá a continuación con la pareja.

Jarabe tapatío

El mariachi: bastión de la identidad mexicana y de la música de Jalisco

Sones y jarabes son interpretados por una agrupación musical que se ha convertido en sinónimo de México ante el mundo: el mariachi. La música de Jalisco no podría concebirse sin este conjunto. El origen de la palabra también es incierto. Existe documentación escasa, fragmentaria y dispersa (hay quien afirma que la palabra proviene del francés mariage, otros dicen que es una mescolanza de náhuatl, español y latín —“Maria ce son”— con que daba inicio un canto en honor de la Virgen María, y hasta se habla de que en realidad es un vocablo derivado del maya mariamchi, que significaría algo así como “los que tienen mi mismo espíritu”.

Música tradicional de Chiapas

En cuanto a su procedencia, hay quien dice que el mariachi es originario de Cocula, Jalisco. Aunque es una suposición provocada por una canción que interpreta Jorge Negrete en la película ¡Ay Jalisco, no te rajes! (1941). En ella, con desafiante gallo de pelea a un lado, proclama que “De Cocula es el mariachi” sin tener un fundamento concreto, como el hecho de que en rancherías de Santiago Ixcuintla, Nayarit, aparece lo que se cree es la referencia más antigua al mariachi).

música de Jalisco
Jorge Negrete

Lo cierto es que las agrupaciones de mariachi se subdividen en dos grupos principales. El primero es el mariachi tradicional —compuesto por violines, guitarra de golpe, vihuela, arpa, guitarrón y, a veces, tambora. Y, el segundo, es el mariachi popular que consta de violines, jaranas, guitarras, guitarrón y trompetas—) que han cambiado de atuendo y de alineación instrumental (agregando flautas, saxofones, clarinetes, acordeón y hasta teclados eléctricos, con lo que podemos encontrar agrupaciones con hasta más de 20 integrantes) de acuerdo al gusto de la época. Gracias a la industrias disquera, radiofónica y cinematográfica, los mariachis han consolidado internacionalmente al charro como ejemplo icónico de la más pura mexicanidad.

Fusión de la cosmogonía indígena

La música de Jalisco posee ritmos tradicionales que fusionan la cosmogonía de los pueblos indígenas con las creencias traídas del Viejo Mundo. Ahí tenemos, por mencionar solo un par de ejemplos, la Danza de la palma, que se interpreta durante las celebraciones religiosas en Zapopan. Su nombre proviene del abanico de plumas que los danzantes mueven al ritmo de la música interpretada con sonajas y violín. Y la Danza de los sonajeros, originaria del municipio de Tuxpan, que se interpreta en las celebraciones dedicadas a San Juan Bautista. Su nombre proviene de las sonajas (bastones con piedritas en su interior o paños con ruedas de hojalata cosidas) que los danzantes agitan durante todo el baile.

Danza de Los sonajeros
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