Durante toda su breve vida, Alexander Scriabin escribió, o planeó escribir, obras monumentales de gran importancia, y entre estos esfuerzos produjo un torrente constante de miniaturas, pequeñas gotas concentradas de ese mismo genio expansivo. De manera fascinante, la designación de poème, utilizada por el compositor, se aplica tanto a las peroratas sinfónicas innovadoras, como a una serie extendida de pequeñas piezas para piano, escritas durante más de una década y, a menudo, agrupadas en pequeños conjuntos. Sus inspiraciones son tan variadas como sus títulos, desde la magia negra hasta la aspiración cósmica, y ofrecen una clave del mundo interior de su compositor.
Poèmes op. 32
Poèmes op. 44
Poèmes op. 63
Poèmes op. 69
Poèmes op. 71
El ideal de Scriabin de la música como parte de una síntesis de las artes, que eleva a las personas a un nivel superior de conciencia, es particularmente evidente en su obra tardía Vers la flamme, op. 72. El poema se abre con acordes ásperos y estáticos, y luego, lenta pero constantemente, se eleva desde las profundidades hacia la brillante luz de arriba. Diversos niveles de sonido en ritmos cambiantes se mueven gradualmente unos sobre otros y crean una tensión similar a la de una succión. Al final, los trémolos y las fanfarrias se alzan en una conflagración ardiente de intensidad orquestal.
Vers la flamme, Poème op. 72
Vladimir Horowitz, piano
Fuente:
- Hyperoòn Records
- Henle Verlag
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