El cine y Beethoven
Parafraseando a Alex en La naranja mecánica, “Había sido una película maravillosa y lo que necesitaba para darle el toque perfecto era un poco del viejo Ludwig van”, el hecho es que no solo la música de Beethoven está presente en largometrajes, cortometrajes, series de televisión (desde Everybody Loves Raymond hasta La casa de papel, pasando por Malcolm el de en medio, Dr. House, Grey’s Anatomy, Glee y Fargo) y dibujos animados (Los Simpsons, Ren y Stimpy, Animaniacs y Naruto, por mencionar unos cuantos), sino que el séptimo arte también ha abordado —con mayor o menor fortuna y desde distintos enfoques— la apasionante vida del compositor alemán.
Así, desde prácticamente los orígenes del cinematógrafo, encontramos abundantes “biografías” que destacan la idea romántica del genio, como Beethoven¸ una película de 12 minutos de duración dirigida en 1909 por el francés Victorin-Hippolyte Jasse. De 1912 es La gloria y el dolor de Ludwig van Beethoven (Georges-André Lacroix, Francia) y de 1918 es Der Märtyrer seines Herzens, película austriaca dirigida por Emil Justitz y donde el entonces famoso actor Fritz Kortner encarnó a un Ludwig van Beethoven que sufre una tras otra varias desventuras sentimentales que culminan con la composición de la Sinfonía No. 9. Todavía de la época del cine mudo es La vida de Beethoven (Hans Otto, 1927, Alemania).
Emil Justitz: Der Märtyrer seines Herzens (sin subtítulos)
Ya en tiempos del cine sonoro, el cineasta francés Abel Gance estrenó en 1936 Un gran amor de Beethoven, extensa película donde se hace referencia por primera vez en las biopics del compositor a la misteriosa amada inmortal que tanto ha hecho quebrarse la cabeza a los estudiosos de la vida y obra del genio de Bonn
De 1949 es la película alemana Eroica, donde el cineasta Walter Kolm-Veltée dramatiza el desencanto sufrido por Beethoven al saber que Napoleón Bonaparte, el hombre al que ha dedicado su Sinfonía No. 3, se ha autoproclamado emperador.
Es hasta 1976 que volvemos a encontrar otra película valiosa sobre Ludwig van Beethoven: Beethoven: Días de su vida (Horst Seeman, Alemania). En ella se introduce por primera vez un elemento más a la temática biográfica: la familia. Así, en un marco de carácter político donde vemos el rechazo del compositor a los inicios de la Revolución Industrial y el espionaje que sufrió por sus convicciones democráticas, también lo encontramos preocupado por la tutela de su sobrino Karl. De 1985 es la siguiente película que también aborda el tema familiar de un modo más explícito: El sobrino de Beethoven (Paul Morrissey, 1985, España-Francia-Alemania), donde se presenta a Karl, hijo de Kaspar Anton Karl van Beethoven, como víctima de terribles luchas familiares que culminan con un intento de suicidio por parte del joven, un año antes de la muerte del compositor.
De 1989 es un extravagante filme titulado Bill & Ted’s Excellent Adventure (Stephen Herek, Estados Unidos), donde unos jovencísimos Keanu Reeves y Alex Winter viajan en el tiempo con el objetivo de reclutar a importantes personajes de la historia, entre los que se encuentra Ludwig van Beethoven, para una tarea escolar. En 1992 se estrenó la aplaudida producción televisiva canadiense Beethoven vive en el piso de arriba, dirigida por David Devine, donde un jovencito desarrolla una particular amistad con el compositor.
La misteriosa “amada inmortal” vuelve a hacer acto de presencia, ahora de manera más incisiva, en Immortal Beloved (1994), esforzada coproducción anglo-norteamericana dirigida por Bernard Rose y protagonizada —cosas de la vida— por Gary Oldman como Beethoven el mismo año en que le preguntaba a su subordinado de la DEA si le gustaba Beethoven en Léon.
En menos de dos años se produjeron en el Reino Unido dos interesantes trabajos sobre la turbulenta vida del genio de Bonn: el telefilme Eroica (Simon Cellan Jones, 2003) y el documental dramatizado Beethoven (Ursula Macfarlane, Damon Thomas y Francesca Kemp, 2005).
Finalmente, centrada en el proceso de creación de la Sinfonía No. 9 por un Ludwig van Beethoven (Ed Harris) ya totalmente sordo, decaído y anhelante de afecto, encontramos la película Copying Beethoven (Agnieszka Holland, 2006, Estados Unidos-Alemania-Hungría), improbable ficción en la que una estudiante contratada para copiar la partitura de la sinfonía sirve como inspiración al músico para completar su obra y animarse a dirigirla.
Vistas en conjunto, tanto las películas y series que utilizan la música de Beethoven como las que hacen de él su protagonista han contribuido en gran medida a engrandecer su figura como el compositor romántico por excelencia, ya sea para que los puristas hagan corajes, para que las almas de buen talante se dejen llevar por el aliento de pasión y libertad que impregna su obra o para que los neófitos abran sus oídos a todo un mundo de majestuosos sonidos. Por eso hacemos al amable lector que ha llegado hasta este punto la misma pregunta que hace el agente Stansfield, pero sin armas ni tráfico de droga de por medio: Do you like Beethoven? y también lo parafraseamos: If you don’t like Beethoven, you don’t know what you’re missing.
Ursula Macfarlane, Damon Thomas y Francesca Kemp: Beethoven
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